La sangrienta batalla contra la droga emprendida por el presidente filipino Rodrigo Duterte llegará a las pantallas en una serie de Netflix dirigida por el premiado Brillante Mendoza, para quien la campaña de Duterte es "necesaria".
"Amo", que se estrenará el 9 de abril, trata de un estudiante de secundaria que empieza vendiendo la anfetamina cristal y termina sumido en un horripilante universo lleno de capos y policías corruptos.
El trabajo de Mendoza, galardonado en Cannes, explora el lado oscuro de Filipinas. El director es un simpatizante de Duterte y ha grabado dos anuncios del gobierno para promocionar la campaña antidroga del presidente.
"Sí, [la guerra contra la droga] es necesaria para Filipinas, no solo para Filipinas sino también para otros países afligidos por el problema de las drogas", afirmó el director filipino de 57 años, en una entrevista telefónica.
"La razón por la que hice esto es para que la gente pueda ver la otra cara de la moneda", afirmó, tanto desde el punto de vista de las "víctimas" como de los "victimarios".
La policía de Filipinas asegura haber matado a unos 4.000 presuntos traficantes que opusieron resistencia durante su arresto desde que Duterte lanzara la campaña, hace cerca de dos años, prometiendo erradicar las drogas del país.
Pero grupos de defensa de derechos humanos denuncian que el número de muertos es tres veces superior al anunciado por las autoridades, a las que acusan de matar a vecinos de barrios marginales, no armados, en un país en el que un cuarto de la población vive en la pobreza.
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"Amo" explora el problema de la droga a través de la mirada de varios personajes, incluyendo a un estudiante y su tío policía.
Mendoza recalcó que no le gustaría que la serie "pareciera propaganda del gobierno [...] no lo es".
Sin embargo, el director se definió como un "abogado" contra las drogas ilegales.
'Basada en hechos reales'
En Filipinas, la industria del cine está dominada por producciones dulzonas protagonizadas por estrellas, pero el trabajo de Mendoza es una producción independiente que se corresponde con su inclinación por los temas controvertidos.
El director retrata historias de gente corriente con temas como la prostitución o la corrupción como telón de fondo.
En "Kinatay" (Descuartizado) narra la violación, asesinato y descuartizamiento de un trabajador del sexo, y le valió el premio de mejor director en el Festival de Cannes de 2009.
Sus filmes han tenido una buena acogida en Europa y, en 2014, Mendoza se convirtió en el primer director filipino en recibir la máxima condecoración de Francia, la de Caballero de la Orden de las Artes y las Letras.
El director declinó comentar el actual estado de la guerra de Duterte contra las drogas o el examen preliminar anunciado por la Corte Penal Internacional de la campaña, que sus detractores comparan con crímenes de guerra.
"Creo que mi trabajo, incluyendo las series que hago, dice mucho [...] Prefiero que mi trabajo hable por mí", afirmó.
Según Mendoza, "Amo" iba destinada en principio a una cadena de televisión filipina, pero terminó convenciendo al jefe de la compañía para "explorar [...] otras plataformas que la televisión gratuita" para la serie, y envió dos episodios a Netflix.
"Creo que una de las razones por las que les interesó el material, la historia, fue el modo en el que está rodado. Parece muy realista, con estilo como el de los documentales, distinto a la típica serie de televisión", declaró.
"Es algo basado en la investigación, y la policía también tuvo su participación. Nuestra historia está basada en hechos reales".