En menos de un mes, los chilenos tendrán que decidir al Presidente que conducirá los destinos del país durante los próximos cuatro años. Algunos comenzaron a realizar las viejas sumas aritméticas

de los votos obtenidos por otros candidatos, para traspasarlos a uno de los dos finalistas y vaticinar así el resultado de la segunda vuelta. Anticipo que esas proyecciones serán tan erradas como las encuestas presidenciales de primera vuelta.

Creo que la segunda vuelta debe ser la manifestación de la voluntad ciudadana por el sentido común. Las familias chilenas cada día menos identificadas con los partidos políticos, y por lo tanto más pragmáticas y apegadas al sentido común a la hora de elegir su candidato, deberán preguntarse quién les ofrece las mejores soluciones (viables) y está preparado para implementarlas para hacer frente a sus principales preocupaciones.

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Por ejemplo en seguridad, si continúan viviendo pensando que más temprano que tarde serán ellas las próximas víctimas de la delincuencia (y en algunas zonas del terrorismo) o bien dejar atrás las recetas del pasado y enfrentar la delincuencia con valentía, compromiso y soluciones modernas a problemas complejos. En empleo, si desean seguir viviendo con salarios estancados y empleos precarios, sumado a las inseguridades familiares que esto conlleva, o bien una receta probada de un liderazgo que sea capaz de favorecer la creación de empleos de calidad y mejorar sus salarios. En educación, si quieren poner primero en la fila a la infraestructura de los colegios o bien a la educación de calidad de los niños partiendo en la sala cuna y educación preescolar, lugar donde se originan las principales desigualdades en la sociedad.

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El primer tiempo del sentido común fue el domingo 19, donde el candidato de Chile Vamos, Sebastián Piñera, obtuvo la primera mayoría, a catorce puntos de distancia del candidato de la Nueva Mayoría Alejandro Guillier. Para aquellos que somos hinchas del equipo de Chile Vamos y queremos tiempos mejores para Chile, esta segunda fracción debe ser la hora del sentido común, partiendo por dejar las calculadoras en el camarín y salir a conquistar los corazones de miles de hogares, adonde esas propuestas sensatas a los problemas reales de la gente aún no han llegado.

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El autor es ingeniero comercial, MBA Universidad de Chicago y ex gerente corporativo de Corfo (@acevedoinfante).