La industria discográfica ingresó US$17.300 millones en 2017, un 8,1 % más que en 2016, por el empuje de la música en streaming, que aumentó un 41% su facturación, informó hoy la Federación Internacional de la Industria Discográfica (IFPI, por sus siglas en inglés).
La organización presentó este martes su informe anual en Londres, bajo el nombre "IFPI Global Music Report", en el que se destacó que 2017 es el tercer año consecutivo de crecimiento desde que se empezaron a contabilizar los datos en 1997.
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La mayor ayuda para la expansión de la industria, que hasta 2015 experimentó 15 años consecutivos de descenso en facturación, proviene del servicio en "streaming" o emisión en continuo, con plataformas como Spotify, aunque como apuntó Frances Moore, consejera delegada de la IFPI, "aún queda camino por recorrerse".
Por segmentos, el streaming registró el 38% de los ingresos de la industria discográfica, seguido por las descargas, con el 30%; las ventas físicas con el 16%; los derechos por el uso de música en eventos (14%) y los ingresos de sincronización -procedentes del uso de música en anuncios y televisión- (2%).
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Precisamente, las emisiones en continuo representa el mayor factor del impulso de la industria, con un total de 176 millones de usuarios y un incremento en los ingresos del 41,1% respecto al mismo período de 2016.
No obstante, pese a estos datos positivos, Moore indicó que aún hay "trabajo por hacer" y "más aún viendo el esfuerzo realizado en los últimos años".
Además, la tendencia positiva de los últimos años no ha paliado el descenso en general en el consumo de música en comparación a la década de los 90 y es que los ingresos en 2017 suponen solo un 68,4% del total que se registró en 1999.
"El 'streaming' es la razón por la que la industria está creciendo, ya que entre sus ventajas está que da más acceso a la gente a través de muchas más plataformas", añadió Denis Kooker, responsable de ventas digitales en Sony Music.
Pese a la popularidad de este servicio, Moore hizo hincapié en la brecha que existe entre lo que ingresa la plataforma y lo que, después, los artistas reciben, y lo criticó duramente.
"Si conseguimos la ayuda que necesitamos procedente de los gobiernos esta industria mejorará de cara al futuro. La legislación está preparada para ello en regiones como Europa", aclaró.
Según datos de la IFPI, Spotify paga US$20 dólares a las discográficas por usuario, mientras que Youtube remunera a los artistas con menos de un dólar.
En contraposición al 'streaming', las ventas físicas continuaron su caída en picado y cedieron un 5,4% respecto al año anterior, aunque las transacciones de discos de vinilo aumentaron un 22,3%.
En cuanto a los discos más vendidos de 2017, 'Divide', de Ed Sheeran, vendió 6,1 millones de copias y se alzó por encima de 'Reputation', de Taylar Swift (4,5 millones), y 'Beautiful Trauma¡, de P!NK (1,8 millones), mientras que en la categoría de sencillos, triunfó 'Shape of You', de Sheeran, 'Despacito', de Luis Fonsi, y 'Something Just Like This', de The Chainsmokers y Coldplay.
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Los mercados que más masa monetaria movieron fueron Estados Unidos seguido de Japón, Alemania y el Reino Unido.
La región que experimentó un mayor aumento en ingresos fue Latinoamérica, con un 17,7% más, por encima del 12,8% que creció América del Norte y del 4,3% de Europa.
Dentro de la presentación también se habló de las tecnologías que regirán la industria en el futuro y Kooker no dudó en nombrar al control de voz y a la realidad virtual como las primeras en adaptarse a la música.
En esta línea, Moore apuntó que el control de voz funciona de manera que cuando se le pide a un dispositivo que reproduzca una canción de, por ejemplo, Miles Davis, este la ponga al momento.
"En esta tecnología, lo que no se ve es el trabajo que hay detrás para que te reproduzca a ese artista en concreto y no a otro. Eso es esfuerzo directo de las discográficas", puntualizó.