El presidente argentino, Mauricio Macri, dio un gran golpe de timón esta semana, cuando decidió expulsar a Alfonso Prat-Gay del cargo de ministro de Hacienda y Finanzas, en medio de las críticas por el pobre desempeño económico que exhibirá la tercera economía más grande de la región, a un año de la toma de mando del Gobierno de centroderecha. La administración Macri decidió además dividir el ministerio en Hacienda y Finanzas, dejando a cargo a Nicolás Dujovne y Luis Caputo, respectivamente, dos economistas con amplia experiencia en banca de inversión y, últimamente, en el sector público.

El momento de esta decisión es clave no sólo para cumplir su promesa de campaña de lograr un repunte de la economía, sino, además, porque en 2017 el Gobierno de Macri espera que este eventual despegue económico lo ayude a consolidar su apuesta en el poder en las elecciones legislativas del 29 de octubre, donde se renueva un tercio del Senado (24 de 72) y la mitad de la Cámara de Diputados (127 de 257).

Si quiere mostrar avances, debe comenzar de inmediato. De lo contrario, la oposición podría rearticularse a partir de las elecciones legislativas, algo que no sólo complicaría la segunda mitad del Gobierno, sino que también podría convertirse en una amenaza real para las presidenciales de 2019.