La colaboración está casi en el código genético del ser humano y quizá una de sus máximas expresiones se ha dado en los últimos 20 años con internet y las redes sociales. Este concepto, mezclado con las necesidades de una importante generación de emprendedores en el área digital, dio pie a los denominados “coworking”.

Es una metodología y a la vez filosofía, que se basa en crear espacios físicos para que emprendedores, profesionales y freelancers trabajen en sus respectivos proyectos, aprovechándose de verse  las caras, conversar y por qué no, hacer negocios.

El sistema funciona pagando una cuota mensual o bien, un precio por un tiempo determinado. Así se obtiene conectividad, espacio de trabajo, acceso a cafetería e incluso, salas de reuniones. Pero hay una máxima: ser parte de una comunidad colaborativa

Se estima que en el mundo existen 2.500 coworking repartidos en 80 países. En Chile, uno de los primeros sistemas de este tipo fue el Urban Station. Tomado del modelo argentino,  ya existen tres sedes de esta empresa. Una a pasos del metro Baquedano (Telefónica Open Future), otra en avenida El Golf (Las Condes) y una en la ciudad de Concepción.

“El principal  valor es que es un lugar donde hay gente en la misma sintonía, pero con distintos proyectos. Muchas veces se reúnen informáticos, con diseñadores, artistas y emprendedores. Es una verdadera comunidad”, comenta Andrés Pinochet, gerente general de Urban Station.

Una de las claves es entonces, generar un entorno de comunidad. Por eso que esta marca realiza constantemente una serie de actividades, eventos y alianzas que le entreguen valor a los miembros. "Lo importante es la interacción. Por ejemplo, en una de nuestras sedes, llegó un diseñador de presentaciones que, al relacionarse con el resto, comenzó a hacerle las presentaciones a otras empresas que eran miembros", comenta Pinochet.

Espíritu y comunidad

Co-Work, es otra red de este tipo que ya opera hace algunos años en Chile. Comenzaron el 2011 con un espacio de 370m2 entre calle Encomenderos y avenida Vitacura. Hoy ya tienen 1.200 m2, tres locaciones en Santiago y una en Montevideo (Uruguay). Además, están a punto de inaugurar un nuevo espacio en el barrio El Golf, en colaboración con la Municipalidad de Las Condes.

Para Antonio García, socio de Co-Work, la colaboración es algo natural, pero no es fácil llevarla a cabo. “A la gente no le gusta pedir ayuda y también le cuesta ofrecerla. La idea es conectar personas con habilidades, de tal forma que uno o varios se vean beneficiados. Yo hago algo por el otro, no necesariamente para pedir algo a cambio, sino, para generar comunidad”.

El ejecutivo agrega además: “El emprendimiento es un proceso muy duro, pero cuando varios emprendedores se apoyan entre sí, se mantienen el espíritu y las ideas crecen”, apunta Garcia.

Otro ejemplo más nuevo de esta tendencia es la una gran casona ubicada en Luis Thayer Ojeda (Providencia), dedicada a abrir espacios compartidos de trabajo a las pymes y los emprendedores. Denominado como  Net-Working , nace bajo un modelo más europeo del coworking.

“La atmósfera colaborativa va más allá del mero ahorro de costos. Nuestro énfasis está puesto en  el concepto como su nombre lo dice de generar  ´redes de trabajo´, por lo que buscamos cohesionar la sinergia, apoyar en forma colaborativa el trabajo entre todos los integrantes, proporcionar apoyo a través de todas nuestras redes de contacto y licitar propuestas de trabajo”, comenta Silvana Molina, socia de la consultora, creadora de Net-Working.

Por último, en esta ruta del coworking acaba de aparecer un nuevo actor. Se trata de JustPeople, que en abril abrió sus puertas como “un nuevo concepto en plataforma de negocios”, como ellos mismos se definen. Ubicado en Apoquindo, a cuadras de la estación de Metro Manquehue, consta de 1.100 m2 , infraestructura para sesiones de directorio, reuniones de negocios, workshops y talleres.

Pero tiene un detalle no menor. Existe una gran inversión en la cafetería, con una carta de alto nivel. Es que justamente, como indican sus socios fundadores (Marcel Villegas, Patrick Hall y Cristian Olivi), “buscamos generar una experiencia diferenciadora, que movilice el pensamiento creativo, pero también para entender que en el trabajo se puede tener instancias para pasarlo bien”.

Por lo general, todos estos espacios, poseen membresías de diferentes tipos. Pueden ir desde un acceso full a todas las instalaciones a sólo un uso por ciertas horas. Pero siempre, la clave será la colaboración.

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