Siendo justos, para este año existen al menos diez tendencias que comenzarán a crecer cada vez más fuerte en el área de sustentabilidad y medioambiente (ver hubsustentabilidad.com), tanto en empresas, como en el sector público y la ciudadanía. HUB Sustentabilidad eligió las cinco más fuertes y coincidentes entre un grupo de expertos de diversos sectores conformado por el ministerio del Medio Ambiente, PwC, Acción, Red Pacto Global-UNAB, Corresponsables y la Universidad Adolfo Ibáñez (UAI).

Independiente de cada uno de los puntos, los entrevistados coinciden en que 2015 será un año donde el concepto de sustentabilidad, que se ha venido gestando y transformando durante esta década, ya se está solidificando en ciertas industrias y permeando a otras donde aún era desconocido.

Una mayor exigencia de los mercados por prácticas sustentables, el crecimiento de áreas y profesionales en este ámbito y la arremetida de una fuerte institucionalidad ambiental, hacen que el el término de RSE (especie de padre de la sustentabilidad) vaya quedando cada vez más atomizado. “Lo hemos visto en el extranjero. Aquellas empresas que llegan a ciertos estados de madurez comienzan a establecer trabajos colaborativos pre-competitivos con otros actores, avanzando en la generación de cambios que efectivamente, logran resultados en términos de desarrollo sostenible. Las que se estancan en RSE van a seguir lidiando con el día a día de relaciones transaccionales con sus stakeholders”, comenta Pablo Muñoz, director académico del Centre for Business Sustainability de la UAI.

Siguiendo en el sector privado, 2015 será un año donde el concepto de “transparencia” estará más presente en el tuétano institucional, especialmente después de que los casos Penta y Cascada, dejaron un halo de desconfianza en la ciudadanía y los inversionistas.

Medioambiente

Este año las temáticas “verdes” también tendrán protagonismo, pero con un aterrizaje mucho más concreto y lejos de los fanatismos ecológicos e idológicos de antaño.

A nivel local, la fuerza del ministerio y la superintendencia del Medio Ambiente es clara, la que se suma a la relevancia del comité de ministros para la Sustentabilidad. Las empresas saben que hay una legislación cada vez más fuerte al respecto y una serie de entidades empoderadas en hacerla valer.

A nivel global, el 2014 dejó una marcadísima estela sobre la trascendencia del “cambio climático” en la sociedad, lo que tendría su desenlace en la COP 21, que este año se realizará en Francia.

1.Hacerse cargo de cómo mitigar el cambio climático 

El término “cambio climático” ha tenido por una década bastante de fundamentalismo y glamour. En 2015 se fortalecerá más aún, pero con compromisos reales del sector público y privado. Incentivado en gran parte por la COP21 −que este año se realizará en Francia−, el concepto aparecerá hasta el cansancio en la agenda de los medios.

En la vigésima Conferencia de Naciones Unidas sobre Cambio Climático (COP20), realizada en diciembre en Lima, los 195 países participantes aprobaron el “Llamado de Lima para la acción climática”, el cual deberá ser trabajado este año en París. Según el acuerdo, los países integrantes de la ONU tienen plazo hasta mayo de 2015 para presentar su plan de contribuciones específicas, destinado a mitigar los efectos del cambio climático.

“La cumbre en Francia pasará a la historia como la primera vez que el mundo se unió para enfrentar el cambio climático en serio,” plantea Marcelo Mena, subsecretario del Medio Ambiente.

Para hacerse una idea de la magnitud de la temática y como antesala a la COP21, la Unión Europea anunció esta semana la creación de un proyecto científico a gran escala para formar a jóvenes científicos posdoctorales en el cambio climático. El objetivo de esta especie de ejército académico denominado como C-Cascades, es elaborar modelos para el estudio del clima y la mejor transferencia de CO2 de la atmósfera a los océanos y los ecosistemas terrestres.

A nivel local, el tema también vendrá fuerte. Chile es un país que aporta menos del 1% de las emisiones mundiales, pero según Ignacio Larraechea, gerente general de Acción, somos los más ineficientes de Latinoamérica. “Tenemos problemas graves de sequía y desertificación, lo cual debe ser un llamado de atención a que no podemos seguir haciendo como que esto es un problema de otros”, comenta.

Sin ir más lejos, en septiembre del año pasado, la Presidenta Michelle Bachelet se comprometió a reducir en un 20% las emisiones contaminantes de nuestro país al 2020, en su discurso en la Cumbre del Cambio Climático de la Asamblea General de la ONU en New York. Y ya comenzó a correr el cronómetro del 2105.

2.La sustentabilidad incorporada al modelo de negocio

Así como hace dos décadas las empresas pensaban en sus políticas de RRHH o de seguridad informática, hoy ya están elaborando “políticas de sustentabilidad”. Pero más que un tema laboral, dice relación con el negocio. Hay compañías, como las del área minera, energía o vitivinícola que tienen que subirse sí o sí a este carro. Por lo que la sustentabilidad pasa a ser un tema estratégico. “En el escenario de desaceleración que enfrenta actualmente el país, el rol de las áreas de sostenibilidad se verá enfocado en reforzar la inversión y valor social de las empresas, buscando rentabilidad a corto y mediano plazo, apartándose con esto, de las acciones filantrópicas”, comenta Fernando Córdova, senior manager PwC Chile.

Por su parte, Marcos González, presidente de Corresponsables agrega: “Al estar cada vez más integrada en el modelo de negocio de las empresas, los empleados y colaboradores tendrán un papel más destacado en el desarrollo práctico de la estrategia de responsabilidad social de las compañías”.

Sin embargo, el involucramiento en temas sustentables debería llegar no sólo a las grandes organizaciones, sino también a las medianas empresas y a la pyme. Especialmente si pensamos que, en el caso de compañías como Unilever por ejemplo, existe todo un ecosistema de proveedores que deben seguir una cadena sustentable.

“Es difícil para el público creer que ocho empresas salgan primeras en sostenibilidad al mismo tiempo. Éste es un tema delicado que toca profundamente valores y la apreciación ética de las personas. Abusar de la sostenibilidad simplemente como un factor diferenciador, va a comenzar a pasar la cuenta, y naturalmente discriminará a aquellas empresas que no hayan integrado esto al core”, dice Pablo Muñoz, de la UAI.

Incluso, el tema debería llegar a todos los trabajadores de las compañías. Para Margarita Ducci, directora ejecutiva Red Pacto Global Chile-UNAB, “en presencia de un nuevo escenario producto de la reforma laboral, las áreas de RRHH en conjunto con las de sostenibilidad, deberán buscar un sano equilibrio para responder a las nuevas demandas”.

3.Acciones y políticas para que las ciudades sean más inteligentes

En 2013 se realizó el Primer Smart City Summit en una sala del edificio de la Cepal, con alrededor de 300 asistentes. En 2014, el mismo evento, organizado por Fundación País Digital, se llevo a cabo en el Hotel Intercontinental con 800 personas en el público. Esto es un claro ejemplo del gran interés que está despertando el tema en Chile.

Si bien ha sido utilizado también como una estrategia de marketing, el concepto “smart city” ya se está traduciendo en acciones concretas y 2015 podría ser un año clave para proyectos que permitan desarrollar ciudades más inteligentes. Hasta el momento, Concepción y Santiago llevan la delantera. De hecho, el intendente metropolitano Claudio Orrego, ya puso una bandera, luego de su exposición que sacó aplausos en la última Smart City Expo World Congress, realizada en diciembre en Barcelona, España.

Además, este año se llevará  a cabo por primera vez en Chile el encuentro Iberoamericano de Ciudades Digitales en su versión n°16. Organizado por la Asociación Iberoamericana de Centros de Investigación y Empresas de Telecomunicaciones (Ahciet), la Intendencia de la Región Metropolitana, el Observatorio Iberoamericano de Comunicaciones Digitales (OCD) y MeetLatam, seguramente dejará bastante huella.

Según Marcelo Mena,  superintendente del Medio Ambiente, este año estará fuerte el tema de las bicicletas públicas y los taxis eléctricos, entre otros proyectos sustentables. Es más, en 2015 comenzarán a operar 80 vehículos de este tipo en Santiago. “Es una tecnología robusta y que tiene grandes beneficios económicos, ambientales, y sociales”, según indica Mena.

4.La importancia de la “huella social” entre la empresa y la comunidad

La judicialización ha sido uno de los fuertesdolores de cabeza para grandes proyectos mineros y de enegía en los últimos años, especialemnte en el que acaba de terminar. Y a pesar de que seguirán existiendo, las compañías tienen claro que la mejor forma de evitarlos es estudiando, entendiendo y conversando previamente con comunidades y la sociedad en general.

En este contexto, el 2015 será un año crucial para lo que se denomina como “inversión social”, que dice relació con la inclusión no sólo del entorno externo de una compañía, sino también de sus colaboradores. “Así como desde el punto de vista del impacto en el medioambiente las empresas miden su huella de carbono y su huella hídrica, ahora está cobrando importancia (por su repercusión en el largo plazo), la denominada ‘huella social’.  En ese ámbito, la Gestión de la Diversidad, que cubre el derecho a la no discriminación, es un tema que empieza a instalarse en América Latina”, comenta Ignacio Larraechea, de Acción.

Pablo Muñoz, de la UAI, afirma que las empresas van a tener que buscar mecanismos alternativos de relacionamiento comunitario. “Las acciones de RSE tradicionales (basadas en permiso social para operar) ya no están funcionando. La solución, en muchos casos, va estar en la capacidad que tengan las organizaciones de establecer relaciones de largo plazo con sus comunidades de impacto en base a lograr desarrollo local efectivo”. El académico agrega además: “La tensión que genera la inequidad es imposible de manejar con herramientas tradicionales, tarde o temprano les va a explotar en la cara”.

5.Transparencia corporativa, una máxima para sobrevivir

Si hay algo que va  a recordar el mundo financiero y el político del 2014,  es la serie de escándalos producto de los casos Penta y Cascada, que pusieron en alerta al sector público y privado, en cuanto a mejorar las políticas pro transparencia. La desconfianza se apoderó tanto de la ciudadanía, como de los inversionistas. Además de molestar como una astilla en el ojo a nuestra imagen país.

Por esta razón, los encuestados por HUB Sustentabilidad coinciden en que 2015 será un año donde las empresas se apoderarán y empoderarán más aún del concepto de transparencia. “Los últimos escándalos de corrupción  impulsará a muchas organizaciones a potenciar la transparencia y en mejorar la gestión de su gobierno corporativo”, comenta Marcos González, de Corresponsables.

En la misma línea, Larraechea agrega que lo sucedido el 2014 está provocando localmente una fuerte revisión de las prácticas de Gobierno Corporativo de las empresas, especialmente en temas de transparencia y probidad. “La confianza en las empresas y en el funcionamiento de una economía social de mercado es un bien colectivo que las compañías deben cautelar, por lo cual sus máximos directivos son responsables de invertir permanentemente en que prime en ellas un ambiente ético que permee a todos los niveles de la organización”, apunta el gerente general de Acción.

Por último, Ducci agrega: “Establecer regulaciones -como una herramienta válida de gestión- es de suma importancia por lo que la opinión pública estará atenta a la implementación de esta nueva ley del lobby y a los temas de transparencia”, concluye la directora ejecutiva de Red Pacto Global Chile - UNAB.

“Gestionar una ciudad es un tema complejo. Se requiere innovación para ciudades más sostenibles, aplicando medidas para la reducción de los impactos medioambientales, ahorro de energía y nuevas fuentes de generación, reciclaje y transporte inteligente. Todo orientado a mejorar la calidad de vida de las personas”, comenta Ducci, de Pacto Global, entidad que creó la iniciativa Cities Programme, que tiene como fin abordar este tema en conjunto a nivel gobierno, empresas y sociedad civil.