El pasado 26 de marzo, diferentes organizaciones del sector educativo privado de varios países de Europa se reunieron en París. El objetivo, formalizar una asociación de universidades y escuelas de negocios que se constituya como federación en Bruselas, con la idea de poder incidir y meter mano en la toma de decisiones del Parlamento Europeo. Si todo sale como está previsto, antes de que acabe el próximo mes de junio, la asociación, que baraja el nombre de European Union Education Network (Red de Educación de la Unión Europea), estará formalmente establecida. Con representación de los 34 centros españoles de la AEEN, entre los que no se encuentran los que copan los principales rankings de cursos de posgrado, IESE, Esade e IE Business School.

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"De momento, somos cinco los países involucrados. España, con nuestra agrupación a la cabeza; Francia, con dos federaciones, Alemania, Austria y Portugal", explica el presidente de la Asociación Española de Escuelas de Negocios (AEEN), Antonio Alonso. En total, representan a 214 centros con cerca de 425.000 estudiantes. "También estamos hablando con Italia y Bélgica para que se sumen", añade. Aún no hay nada cerrado, salvo el nombre y el lugar en el que la futura federación fije su sede social: la Cámara de Comercio de España en Bélgica. "Lo que queremos es impulsar con diferentes acciones y medidas el papel de la educación independiente en la UE", prosigue Alonso.

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¿Y por qué en Bruselas? "Porque es allí donde se toman todas las decisiones que, de una u otra forma, pueden afectar a nuestro sector en conjunto. Nuestro objetivo es poder estar allí para ser partícipes de lo que está pasando y contar a la sociedad cuál es nuestra realidad". Además, tal y como reconoce Alonso, el concepto de lobby, que en España puede seguir estando dañado, en Bruselas está perfectamente asentado. La idea del proyecto surgió en Francia, desde la Unión de Grandes Escuelas de Ingeniería y Comercio, a raíz de un cambio normativo que afectaba a temas de competencia de los consumidores. "Y la educación, al ser un servicio, está sujeta a estas normas. A partir de aquí nos fuimos uniendo el resto, y como este es un problema que nos afecta a todos, lo lógico es estar en Bruselas".

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Es cierto que la educación no está incluida en las competencias directas de la UE, ya que es tarea directa de cada país. Sin embargo, como sector, sí hay aspectos comunes en los que esta federación podrá trabajar. Por ejemplo, los asociados pretenden defender el buen hacer de la educación superior privada, sea de las universidades o de las escuelas de negocios. "Queremos recoger estas buenas prácticas y ponerlas en valor, ya que es un ámbito en el que normalmente cada uno ha ido haciendo la guerra por su cuenta". Más aún después del curso de 2014-2015, cuando se establecieron los másteres universitarios con carácter oficial y las escuelas privadas perdieron un importante nicho de mercado.

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También se pretende librar batalla en todo lo relativo a la competencia y al desarrollo de programas entre países. "Muchos estudiantes extracomunitarios están a día de hoy en Reino Unido, y si las negociaciones sobre el brexit no dan resultado, cabe la posibilidad de que podamos establecer programas entre Estados, incluso de fuera de la Unión". Y no solo con Reino Unido, también con América Latina y con varios países africanos y asiáticos, afirma.

Otra de las tareas más urgentes es la relativa a las dobles titulaciones entre dos o más países. "A excepción de los másteres europeos, no existen programas entre diferentes Estados. Una de las iniciativas que también se está barajando es intentar pelear por una entidad acreditadora a nivel europeo". Sin olvidar el objetivo de adaptar los programas a los desafíos europeos y del mercado. "Queremos contribuir al desarrollo de las regiones y anticiparnos a los cambios profesionales y culturales en las fuentes de empleo".