Son poco después de las 8 de la noche y la ciudad de Columbus, Ohio, ya se fue a dormir. Todo el comercio bajó sus cortinas y no se puede encontrar ni siquiera un lugar para comer. Pero este estado, generalmente tranquilo y donde no pasa mucho, ha sido el centro de atención de Estados Unidos y el mundo durante las últimas semanas. ¿La razón? sus habitantes definirán el resultado de las elecciones presidenciales de mañana.

Los candidatos saben muy bien esto y por eso han puesto todas sus fichas en este lugar, ubicado al centro-norte del país.

Sólo en las últimas siete semanas, Barack Obama  ha ido a nueve eventos en Ohio; su vicepresidente Joe Biden a cinco. Mientras, el candidato republicano Mitt Romney ha realizado 20 visitas, y su candidato a vicepresidente Paul Ryan 14.

Ambos candidatos han optado por el Hyatt de Toledo como su centro de operaciones. Pero con salvedades. De sus 10 pisos, el servicio secreto copa todo el sexto nivel del edificio para cuando llega Obama.

Lo que no tiene matices es que Ohio es “el campo de batalla de todos los campos de batalla”, como dijo Ryan en una de sus apariciones en este estado.

Pero la intensa agenda de los candidatos aquí les está pasando la cuenta. Donald Wiechart está cansado. Aburrido de la sobreexposición de información. “Ya todos saben por quién votarán, o si es que no votarán”, dice este agente de seguros.

Para tener una idea: hasta el día de elecciones, dos millones de avisos electorales habrán salido al aire en este estado, según Wesleyan Media Project. Si cada uno de estos dura, en promedio, 30 segundos, le tomaría a un televidente casi dos años terminar de verlos todos, 24 horas al día.

Pese a esto, los residentes de Ohio están medianamente acostumbrados a ser el centro de atención, pues lo han sido en casi todas las elecciones del pasado. Esto por cuanto es uno de los “swing states”, o estados indecisos, con mayor cantidad de votos en el colegio electoral.

“Es la elección más importante de nuestras vidas” es una frase que se puede escuchar de estadounidenses en las calles o candidatos en campañas, tratando de incentivar a las personas para que voten.

Claro que el agotamiento se vive de una manera distinta a Chile. No hay calles tapizadas con pancartas ni carteles sobre las carreteras. Lo único que se ve son carteles con los nombres “Obama-Biden” o “Romney-Ryan” en los jardines de las típicas casas estadounidenses prefabricadas y con un porche como terraza.

“Se ha comprobado que los enormes carteles en las calles no tiene mucha efectividad”, explica Paul Beck, profesor de ciencias políticas de Ohio State University. “Lo que más funciona sobre electorado, sobre todo para el indeciso y que no sabe mucho de política, son los avisos en televisión, especialmente los negativos que atacan al otro”, agrega.

Esto queda claro al ver televisión en Ohio, sólo un par de minutos. Los candidatos no escatiman en insultos ni ataques personales que han llevado, por ejemplo, al presidente Barack Obama decir “Mitt Romney: no es uno de nosotros” (aludiendo a su religión).

Algunos incluso difunden mentiras. El que más ha impactado a Ohio es uno del candidato republicano en que asegura que la empresa de automóviles Jeep está planeando dejar sus plantas en el país y mudarse a China, dejando a miles de desempleados. Si Obama es reelegido, claro. Esto hizo temer a muchos residentes de Ohio porque la fábrica es una de sus industrias más importantes. Y el hecho que el gerente de Jeep haya salido a desmentirlo no ha tranquilizado a muchos.

"NADA AL AZAR"
El candidato que gane Ohio ganará las elecciones. Ya sea mito o verdad, es un hecho que la mayoría cree. En una visita de PULSO a los comandos de ambos partidos en la capital Columbus quedó claro que ninguno de los dos tiene el partido ganado, a pesar de la seguridad que demuestran.

“Nosotros vamos a ganar”, dice decisivamente Chris Redfern, presidente del Partido Demócrata en Ohio. “No hemos dejado nada al azar”, añade.

Por su parte, el presidente del Partido Republicano, Bob Bennett, afirma: “Vamos a ganar los votos el día de las elecciones. Perderemos los votos provisionales (aquellos que por distintas razones se cuentan 10 días después de las elecciones), pero no tendrán un margen lo suficientemente grande”.

Ambos han apostado por la misma forma  de capturar adherentes: el microtargetting. Esto es modelar a cada potencial votante de tal manera que saben suficiente sobre ellos como para saber por quién votarán. La idea es cambiar la opinión de los que creen votarán por el contrincante con un mensaje específico para cada uno de ellos.

“Esto es una revolución, especialmente para el género femenino”, dice la doctora Wendy Smoothe, profesora del departamento de Estudios de Mujeres y Género de la Ohio State University. Explica que las mujeres han luchado por años para no ser retratadas como un grupo homogéneo, donde todas son iguales. “Hoy, los candidatos por fin han entendido esto y están haciendo campañas a la medida de la gran variedad de grupos de mujeres que existen”, sostiene.

¿Qué opinan entonces los residentes de Ohio? Como reflejan las encuestas, están divididos 50-50. Pero sin duda hay ciertas tendencias dependiendo de en qué condado vivan o el tipo de educación que recibieron.

Cuando Romney hace sus giras por el estado, evita las universidades. No gastaría su tiempo en lugares que son evidentemente pro-Obama. “Las políticas de Romney son insultantes y arcaicas”, dice Andrea Chu, una estudiante de estudios ambientales en la Universidad Estatal de Ohio que usa orgullosamente una calcomanía que dice “Asiáticos-Americanos por Obama”. Tilda al candidato de “maléfico” y dice no entender cómo algunas personas pueden votar en contra de sus propios intereses.

“La universidad es un lugar intenso para estar durante las elecciones porque por primera vez los jóvenes sentimos que tenemos poder”, dice Laura McKelvey, otra estudiante de la misma universidad. Pero asegura que el apoyo a Obama no se siente como hace cuatro años. Dice que muchos están desencantados con él y han optado por buscar un cambio, aunque asegura que la mayoría no le cree a Romney por lo que votarán por Obama sólo para que no salga elegido el candidato republicano.

Pero cuando se deja las universidades y las ciudades más grandes del estado, y se llega a lugares como el pequeño pueblo de Lima, el panorama cambia. Ese fue el sitio escogido el sábado pasado para organizar un “rally”, o mitin, republicano. Voluntarios y adherentes llegaron al “Centro de Victoria Republicana” con poleras, carteles y panfletos para apoyar a su candidato con frases como “Barack Hussein Obama no está apto para gobernar”.

“No queremos cuatro años más de lo mismo”, “el futuro del país y el sueño americano están en juego” y “Obama nos está destruyendo” eran las frases más repetidas de la reunión. Había asistentes de todas las edades, pero había una preponderancia innegable de adultos de la tercera edad.

Pase lo que pase, los residentes de Ohio están esperando desesperadamente el 7 de noviembre, cuando podrán salir, por fin, del centro de atención y volver a sus tranquilas vidas. Hasta las próximas elecciones en cuatro años más.