Las resoluciones de año nuevo están hechas para romperse. Entonces los políticos debieran ahorrarse la acostumbrada cascada de promesas vacías el 1 de enero. No hay daño, sin embargo, en mostrar las lecciones de la experiencia. En este espíritu, acá hay unas pocas reglas del camino que los líderes políticos debieran considerar a medida que elaboran el mapa de ruta para 2013.

Hacer amigos: las guerras de Estados Unidos en Irak y Afganistán han mostrado de manera elocuente sobre los límites del poder duro. El músculo militar siempre será importante, pero en un mundo estrechamente hilado por la interdependencia económica, hacer amigos e influenciar a la gente es muy importante.

Las expectativas apuntan a que Xi Jinping tome una línea más dura que el saliente Hu Jintao en afirmar el poder chino. Las tensiones entre Beijing y sus vecinos sobre las disputadas islas del Sur y del Este de China probablemente no se verán aliviadas por la elección en Japón de un gobierno más nacionalista de Shinzo Abe.

Xi, sin embargo, podría reflejar lo que ha pasado desde que China dejó de lado el modo de espera de Deng Xiaoping en su enfoque sobre las relaciones internacionales. Los vecinos de China se han vuelto contra esto y el “pivote” del presidente Barack Obama ha visto una vuelta de Estados Unidos como potencia del Pacífico. China no puede librar una guerra económica contra Japón sin un costo significativo para sí mismo. Incluso las grandes potencias necesitan aliados.

En el resto del mundo, Vladimir Putin de Rusia y Benjamin Netanyahu de Israel a menudo han parecido regocijarse en su aislamiento. ¿El resultado? La influencia de Rusia en el mundo se ha visto reducida a obstruccionismo en la ONU. Israel empieza a verse muy solo.

Hacer algo: la lección de política que más frecuentemente se olvida es que no hacer nada es una opción política -y una que puede ser bastante riesgosa y decisiva. El presidente de Francia, François Hollande, está entre aquellos que harían bien en reconocer los peligros de la inacción. El presidente tiene completo conocimiento de la necesidad urgente de restablecer la competitividad de la economía con el fin de evitar el destino de algunos de los socios de Francia en la eurozona. Hasta el momento, sin embargo, Hollande ha estado contento con no hacer mucho. El cambio forzado por una crisis de confianza en los mercados sería más doloroso -para el presidente y para los votantes franceses.

Hay una lección más amplia para la eurozona. Angela Merkel  puede haber emergido como la líder indiscutida de Europa, pero su acercamiento obsesivamente cauteloso a la crisis de la eurozona ha tenido un precio. Si la moneda ahora parece segura, es por el activismo del presidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi. El peligro es que la audacia de Draghi ha impulsado a los gobiernos -deudores y acreedores por igual- a poner de nuevo las opciones incómodas necesarias para asegurar una recuperación sostenida.

Esperar: demasiados líderes piensan que pueden hacer sólo una cosa a la vez. Sucumben a la política de o esto o lo otro. El mensaje desde Washington es que Obama ha fijado la reconstrucción de Estados Unidos como la ambición para su segundo mandato. Temas intratables de política exterior -más obviamente la disputa entre Israel y los palestinos- están destinados a mantener en un segundo plano. ¿No dijo alguien que un presidente debiera ser capaz de caminar y mascar chicle al mismo tiempo?

Devolver a la economía al camino correcto va a ser la principal atención de todos los líderes. La realidad, sin embargo, es que el mundo no se detendrá para permitir a Obama atender los desafíos domésticos de Estados Unidos. Por un lado, Netanyahu se ve más o menos decidido a llevar a Estados Unidos a una nueva guerra con Medio Oriente -esta vez contra Irán. Por otro lado, por mucho que a veces le gustaría que las cosas fueran de otra forma, Estados Unidos sigue siendo la potencia indispensable. El momento unipolar puede haber pasado, pero hay pocos problemas serios alrededor del mundo que pueden resolverse sin el compromiso de Estados Unidos.

Pensar en el futuro: acá hay una para el primer ministro británico, David Cameron. El desventurado Cameron ha cometido el error de no reconocer que lo que podrían parecer tácticas inteligentes a menudo llevan a los políticos a callejones sin salida. Después de un año de tratar de apaciguar y complacer a los euroescépticos de vez en cuando en su partido conservados, de repente despertó al hecho de que Reino Unido se está dirigiendo a la salida de la UE.

No creo que este fuera el propósito de Cameron. Pero las promesas casuales a los euroescépticos de que puede asegurar “un nuevo acuerdo” que permita a Reino Unido elegir en sus relaciones con el bloque han chocado con el incómodo hecho de que los otros 26 miembros no se sienten tan atraídos por la idea. Merkel a menudo se ha visto ofendida por un torpe intento de chantajear a la eurozona para que haga concesiones a cambio del consentimiento de Gran Bretaña para una integración más estrecha. A Cameron le queda la promesa de un referéndum que podría dejar a Gran Bretaña varada al margen de su propio continente.

Y finalmente… Jugar de manera justa: Oriente y Occidente, Norte y Sur, democrático y autoritario - la mayor amenaza a los actuales líderes fluye de un creciente resentimiento de injusticia. En las economías avanzadas, la percepción, y a veces la realidad, es que los ricos se han quedado con todas las ganancias de la globalización mientras el resto ha quedado con el peso de la austeridad. Si hubo una sola chispa para los levantamientos en el Medio Oriente, esta provino de la ira popular por la corrupción en todos los niveles de la sociedad. Xi advirtió que la corrupción podría provocar la caída del Partido Comunista chino. Él está en lo correcto. Nadie espera una utopía igualitaria, pero las clases medias viejas y nuevas ahora están mirando con algo de amenaza a los privilegios del 1%.

COPY RIGHT FINANCIAL TIMES

© The Financial Times Ltd, 2011.

Debes saber

¿Qué ha pasado?
Para elaborar su hoja de ruta de cara a el próximo año, los líderes debieran mirar hacia atrás y aprender de las lecciones que quedaron de 2012 .

¿Por ejemplo cuáles?
En un mundo estrechamente ligado por una interdependencia económica, influenciar a la gente y estar en buena posición respecto de los vecinos es importante.

¿Qué consecuencias tiene?
El momento unipolar puede haber pasado, pero hay pocos problemas serios alrededor del mundo que puedan encontrar una solución sin el compromiso de Estados Unidos.