El análisis de porqué se pierde una elección no siempre logra dar con los elementos exactos que influyeron en el resultado final o porqué las personas no se sintieron lo suficientemente motivadas para ir a votar. Lo claro es que un proceso eleccionario como el que se desarrolló el domingo 23 a nivel municipal deja señales y lo relevante para la clase política es saber interpretarlas de manera adecuada pensando en la próxima elección, que en 2017 será presidencial.

Las señales ya están instaladas, pero es importante leerlas en un contexto más amplio que Chile. Hay que mirar lo que ha pasado en los últimos procesos eleccionarios en la región, que si bien han sido presidenciales sirven para tener una pauta de lo que está sucediendo más allá de nuestras fronteras. Perú, con Pedro Pablo Kuczynski; y Argentina, con Mauricio Macri; a lo que hay que sumar a Michel Temer en Brasil, aunque este último no llegó por elección directa al cargo, ¿qué tienen en común?: el estar orientados a políticas pro mercado buscando el crecimiento económico.

Porque más allá del efecto externo que ha sufrido Chile, lo que le ha faltado a nuestro país ha sido crecimiento y parte de ello se ha explicado por la incertidumbre generada por las reformas impulsadas por la actual administración. Las señales están, la pregunta es si el Gobierno sabrá interpretarlas.