No visto como un fin pero sí como la principal herramienta al momento de emprender, el financiamiento se vuelve indispensable cuando se quiere llevar a cabo una idea.

A fin de impulsar el desarrollo de nuevos proyectos y palear el escaso acceso a los créditos bancarios a los que se enfrentan los emprendedores, en 2007, el ministerio de Economía -bajo el mandato de la presidenta Michelle Bachelet-, aprobó la Ley de SGR (Sociedades de Garantía Recíproca), la cual establecía la creación de entidades anónimas, destinadas a otorgar garantías en favor de sus asociados (emprendedores y pymes). 

Justo cuando ocurre el cambio en las autoridades de Corfo, el tema de las SGR vuelve a la palestra, dado a  su relevancia en el emprendimiento nacional.

Según Diego Flieschmann, vicepresidente de la Asociación de Sociedades de Garantía Recíproca A.G de Chile, "las SGR están bastante optimistas tanto por las conversaciones que tendrán con el nuevo ministerio de Economía como con la Corfo, para perfeccionar el esquema que tiene la institución cuyo fin es apoyar a las sociedades de garantía". No obstante, afirma que aún no se han reunido con las autoridades de gobierno.

Además Flieschmann indica que en los cinco años de historia las SGR han beneficiado a 20 mil pymes, garantizando sus operaciones de crédito por  más de US$1.387 millones.

Este instrumento es una importante solución para la mayoría de los emprendedores del país, que se ven enfrentados a miles de negativas por parte de los más importantes oferentes de créditos: los bancos.

Según un estudio de la Asociación de Emprendedores de Chile (Asech) de 2013, el 68% de los emprendedores del país financia sus proyectos con recursos propios, mientras que sólo un 10% lo logra con crédito, leasing o factoring bancario. Al mismo tiempo, a partir de un informe del Banco Mundial, el 25% de los créditos solicitados por las micro, pequeñas y medianas empresas son rechazados por falta de garantías. Porcentaje que en Chile supera el 40%.



MÁS MONTOS Y BAJAS TASAS
Según  Flieschmann, en sus cinco años de funcionamiento,  las SGR han ayudado a que los montos y plazos de los créditos para emprendedores y pymes, hayan aumentado en un 20% y 50% respectivamente,  con tasas un 20% más bajas que las tradicionales.

No obstante, hay ciertos resguardos desde las SGR al ofrecerse como garantes. "Como AvalChile aprobamos 2/3 de los proyectos que se nos presentan. Nos centramos en la viabilidad de éste, en el emprendedor que está detrás y el flujo que presenta la compañía actualmente", dice el ejecutivo, precisando que el cobro promedio para los emprendedores y pymes es de 3,2% del crédito solicitado.



DESARROLLO DE UNA IDEA
Un ejemplo de éxito es el de Horacio Justiniano, quien, tras realizar un MBA en EE.UU, regresó en 2010 a Chile con la idea de crear una nueva empresa. "Al tener poco capital, empecé a postular a distintos bancos que supuestamente apoyaban el emprendimiento. Entre ellos el Banco de Chile y el Itaú, los que me cerraron la puerta. Todo, por el hecho de no estar facturando, ni tener últimas operaciones bancarias", explica el emprendedor. 

Fue así como, tras varios meses de búsqueda en internet, en 2011 Horacio conoce a las SGR, postulando a AvalChile. "Ellos me dieron el respaldo que no me daban los bancos al no tener flujos. Luego de eso, mi relación con el banco cambió notablemente", comenta.

Situación que provocó que hasta el mismo Itaú lo recibiera. "Lo mismo me pasó con el BCI y el Security, entre otros", señala. Todo, a fin de que Co-work logre hoy tener presencia en cuatro lugares de Santiago, con posibilidades de instalarse en Uruguay y Perú. Según Justiniano, nuevamente solicitarán el servicio a la SGR para desarrollar su nueva apuesta, que consiste en una cadena de gimnasios. "Quisimos hacerlo primero por si solos, sin recurrir a las SGR pero de forma reiterada, se nos cerraron las puertas", reclama el emprendedor.