Pulso

Liderazgo en tiempos de crisis

Hace un par de días cayó en mis manos el más reciente libro del ex presidente del Gobierno español Felipe González. Si bien no me llamó la atención en una primera instancia, comencé a hojearlo con poca convicción, el título de por sí me resultó sugerente (“En busca de respuestas, el liderazgo en tiempos de crisis”). Mal que mal, si hay algo que hemos andado buscando en el último tiempo han sido precisamente respuestas. Respuestas a una sensación de crisis, que sabemos que está pero no entendemos de dónde proviene. Y los liderazgos para encontrarlas han brillado por su ausencia.

De ahí que las reflexiones del histórico dirigente del socialismo español cobran sentido. En particular, en aquello que tiene que ver con la naturaleza del liderazgo político, al cual define como la conexión entre el discurso político y un ethos mayoritario, es decir, las aspiraciones que expresan la identidad y deseos generalizados del país.

Pues bien. Lo que corresponde entonces a nuestros líderes es abocarse a la comprensión de dicho ethos. Y ahí la encuesta CEP del viernes 19 nos brinda algunas pistas.

En primer lugar, hay una profunda sensación de desánimo en el país. Pese a que 60% de los chilenos se declara satisfecho con su vida, 85% cree que estamos estancados o en decadencia. Y ese desacople urge revertirlo. Cualquier agenda política de futuro debería apuntar a sacudirnos de eso que los franceses llaman la “malaise”, una especie de desasosiego que, como reconoce el mismo González, ha invadido a casi todas las naciones de Occidente. Desasosiego que, por cierto, fue alegremente exacerbado por la Nueva Mayoría a partir de 2011, cuando en forma irresponsable se sumó a la calle vociferante, renegando de todo aquello que antes la enorgullecía.

Un segundo aspecto fundamental es atender (política y tecnocráticamente) aquellas cosas que hoy le resultan prioritarias a la sociedad. En eso las luces son claras: delincuencia, desarrollo económico, salud y educación, son las áreas que más nos urgen. Ahí habrá que priorizar. Y eso también requerirá verdadero liderazgo.

Finalmente, pese a que 70% reconoce nunca haber conocido un acto de corrupción, la sensación es que es una práctica generalizada. Retomar las banderas de la transparencia y el gobierno abierto, y avanzar hacia mejores prácticas en la política, se ha vuelto un imperativo.

*El autor es director ejecutivo Fundación Avanza Chile (@gblumel).

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