Listas de espera en sector público: cuando no todo es más gasto fiscal

Comprometidas son las palabras de la ministra de Salud, Carmen Castillo, cuando advierte que listas de espera “no se van a acabar”. Y es que el escenario que enfrenta el sector público no es fácil: existen retrasos en construcción de hospitales, esperas para acceder a consultas de especialidad, cirugía y patologías GES.
Ante este escenario, el Gobierno se ha comprometido a inyectar nuevos recursos ($90 mil millones, unos US$ 140 millones) para palear las listas de espera y responder en parte la deuda de los prestadores públicos.
Pero hay varios factores que determinarán el éxito de esta decisión. Para algunos esto representa una solución parche, para otros la respuesta definitiva pasa por un plan de mejoramiento en la gestión. Lo cierto es que esta realidad no sólo es propia de Chile, ya que existen países que a pesar de contar con recursos enfrentan un escenario similar de listas de espera.
¿Cómo funciona el sistema?
Cuando se requiere atención de salud los pacientes ingresan al sistema mediante los centros de Atención Primaria de Salud (APS). Y si bien en este nivel no existe una lista de espera oficial, hay quienes pueden evadir la lentitud del sistema optando por una consulta privada (alternativa factible para Fonasa B, C y D ) o un servicio de urgencia para enfermedades “no urgentes”.
Es recién cuando se supera este primer nivel cuando se constata la primera lista de espera oficial, que refleja la falta de oferta en especialistas, lo que a marzo de este año tenía a 1.557.274 pacientes esperando por atención, según cifras del Ministerio de Salud. De este número, el 82,6% de las personas registra una espera superior a 13 semanas, lo que equivale a poco más de tres meses. Y si bien el número se ha mantenido constate respecto del primer trimestre de 2014, preocupa que la espera inferior a 90 días se haya más que duplicado.
¿Qué ocurre en otros países?
En el Reino Unido y Canadá, el modelo de atención, al igual que en Chile, está inspirado en sistemas de atención de seguridad social centralizada en el Estado, indica Altura Management. La consultora precisa que “llevan décadas luchando contra las listas de espera”.
Tal como nuestro sistema, el National Health System británico (NHS) pone énfasis en el tiempo de espera del 5% más atrasado del stock y no en la cantidad de pacientes en espera, explican en la consultora.
De acuerdo a cifras oficiales del Reino Unido, uno de cada 20 pacientes (5%) esperaba en marzo de este año más de 20 semanas. Este mismo paciente, de haber sido atendido en Chile habría debido esperar más de 168 semanas, lo que es más de cuatro veces la cifra británica.
En cambio, en Canadá el tiempo de espera promedio para acceder a un médico especialista en 2014 fue de 18,2% semanas. En Chile la estimación es que el paciente espera un tiempo promedio de más de 49 semanas, cifra que supera 2,7 veces la cifra canadiense.
Es cierto, los sistemas públicos de salud de Canadá y el Reino Unido tienen un gasto per cápita de US$3.224 y US$2.762, bastante por encima de los US$776 de Chile, pero aún presentan tiempos de espera . Es más, en el caso de Canadá esto empeoró en los últimos diez años, pasando de un promedio de 9,3 semanas a 18,2 semanas.
¿Cómo avanzar?
Para Victoria Beaumont, directora de Altura Management, las listas de espera no sólo son un problema de recursos y esto sería inherente de los sistemas nacionales de salud al estilo del NHS británico, modelo que inspiró el sistema local.
“Es una tremenda oportunidad que nos da el sistema mixto que tenemos en Chile. Me preocupan estas políticas de retroexcavadora y de partir todo de cero, Altura ha estado con una estrategia de que entendiendo que el sistema privado tiene que tener mejoras, hay que tomar lo positivo del sistema privado (...) Nuestro llamado es a que este sistema mixto se potencie y realmente tengamos un modelo de complementariedad público privada como lo tienen los holandeses. De lo contrario, vamos a seguir arrastrando el tema de la gestión de las listas de espera y cada cierto tiempo van a seguir explotando estos temas y la gente va a seguir esperando”, dice Beaumont.
Pero Jaime Mañalich, director del IPSUSS y ex ministro de Salud, si bien concuerda que la solución no pasa exclusivamente por gasto fiscal y advierte que se incumplen las garantías AUGE en caso de existir lista de espera para esos procedimientos (ver entrevista).
Además, Mañalich puntualiza que “Altura Management, que trabaja para las isapres, produce sistemáticamente una distorsión de conceptos: ellos venden el cuento de que hay un sistema privado público y privado de salud separados (...) Pero en números, el 50% de las atenciones de Fonasa se hace en prestadores públicos y el otro 50% en prestadores privados (...) Entonces, independiente de que haya algunos niveles discretos de integración vertical entre algunos seguros y prestadores, la verdad sea dicha, es que esta división es muy notoria y evidente en el mundo del seguro y mucho más tenue en el mundo de los prestadores”.
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