Si bien aún no destrona el fanatismo generado año a año por el Super Bowl, la conquista del fútbol en las almas de los estadounidenses, fue una de las más altas manifestaciones conseguidas por este deporte en el Mundial Brasil 2014.

Es que, tras imponerse sobre Ghana en la primera fase, la esperanza en los ciudadanos del país del norte, motivó una extraña afición por este deporte, no muy popular en esa nación. Esto, pese a las consecutivas derrotas frente a Alemania y Bélgica que lo despidieron del evento deportivo.

Según medios internacionales, EEUU fue el país que más boletos compró para el Mundial, con 199.000 tickets, superado únicamente por el país anfitrión.

Además, el partido frente a Portugal (efectuado 21 de junio), registró la mayor audiencia en la historia de la televisión estadounidense para una ocasión de esta rama deportiva, con 24,7 millones de telespectadores. Cifra que de forma inédita, superó la media alcanzada por la pasada final de la NBA entre San Antonio Spurs y Miami Heat, que arrojó 15,5 millones de espectadores. Esta misma situación ocurrió tras el desarrollo de la Serie Mundial de Béisbol, la cual se estancó en los 14,9 millones de televidentes.

Pero fue en la clasificación hacia octavos de final, cuando el fanatismo de los estadounidenses demostró su mayor ímpetu.

La dolorosa pérdida frente a Bélgica, fue vista desde el presidente Barack Obama -quien se dio tiempo para presenciar el partido-, así como  por miles de asistentes que visitaron los estadios Soldier Field de Chicago y el Cowboy Stadium de Texas, para acompañar a la selección dirigida por Jürgen Klinsmann. El DT alemán es uno de los mejores pagados de esta versión mundialera, según Forbes.

Tal cantidad de gente se repitió también en Redondo Beach, que para dicha ocasión, acogió a más de seis mil fanáticos, superando las reuniones de hinchas mexicanos para los juegos disputados por su país.

“El apoyo a la selección de Estados Unidos ha sido más grande que nunca. Se han visto muchos que no son aficionados pero que están concentrados en el Mundial”, dijo Vicky Mercado, vocera del equipo de fútbol Los Ángeles Galaxy, a un medio de Los Ángeles, luego de organizar las proyecciones de los partidos de EE.UU en Hermosa Beach y en Redondo Beach.

Algo que para Mercado, estuvo por sobre lo vivido en Sudáfrica 2010, donde cerca de cuatro mil a cinco mil personas acudieron a ver los juegos. “Es obvio que más que nunca hay demasiado interés en este deporte”, recalcó la vocera.

Un despertar ya jugado

Sin embargo, tal efervescencia por el fútbol ya es latente en las ligas estadounidenses.

Un estudio realizado por la red televisiva ESPN, mostró que el balompié es el segundo deporte más seguido por jóvenes del país del norte, entre 12 y 24 años. Además, en el mismo sector de la población, el jugador del Barcelona, Lionel Messi, figuró como el cuarto atleta más admirado. Se suma lo diagnosticado por el Sports and Fitness Industry Association en 2013 -un grupo de más de 750 empresas, intengrado por marcas reconocidas como Nike y Adidas, que fabrican y venden diversos tipos de equipos deportivos- el cual ese mismo año, aseguró que cerca de cinco millones de niños entre 6 y 12 años practican soccer.

Asimismo, un tercio de los estadounidenses se considera aficionado al fútbol, según una reciente encuesta hecha por el Washington Post y ABC News.

Dicho fanatismo es atribuido a la principal liga de fútbol profesional en Los Estados Unidos y Canadá, la MLS (Major League Soccer), la cual ha conseguido altas rentabilidades a partir de contrataciones  de consagradas figuras. Destacan aquí David Beckham, Therry Henry, David Villa y el brasileño Kaká, que ahora acaba de fichar por el Sao Pablo.

Esta liga actualmente cuenta con 19 equipos desde su inicio en 1990, y que hoy aspira a conseguir los 24 para 2020.  Al mismo tiempo, durante su periodo en curso, la MLS ha desarrollado una sólida base de fanáticos, evidenciada en la construcción de once estadios destinados únicamente al fútbol. Aunque sus sintonías televisivas han sido mediocres, hoy esta liga congrega a más de 18 mil espectadores por partido, según sus directivos.

En cuanto a su origen, expertos atribuyen este fervor a la inmigración latinoamericana. De hecho, hay jugadores de origen mexicano y colombiano en su selección, como Nicholas Paul Rimando (México), Omar González (México) y Alejandro Bedoya (Colombia). Así lo corrobora la columnista ultraconservadora Ann Coulter, tras señalar que “el creciente interés por el soccer es una señal de la decadencia moral de la nación, a partir de la reforma migratoria aprobada en 1965 en EE.UU”.

Cuestión de la que discrepa Rodrigo Casanueva, académico de la Escuela de Psicología UNAB, al afirmar que es la relación ciudadano y espectáculo (entertaiment & show) propia de la idiosincracia estadounidense, la que se manifiesta. “Esto es una señal de la dirección que está tomando la FIFA, donde al parecer cada vez tiene más de espectáculo y menos de pasión. A tal punto que la imagen que dio vuelta al mundo y que impresionó a Joseph Blatter fue la de Barack Obama alentando a EE.UU mientras viajaba en su avión”, explica el académico.

Importancia femenina

Pero, uno de los logros futbolísticos más reconocidos en Estados Unidos, es lo alcanzado por las mujeres. La Liga Nacional de Fútbol Femenino (National Women’s Soccer League, NWSL), se impone como una de las más importantes del mundo. Aunque no han ganado la Copa Mundial desde 1999, se considera muy probable que se conviertan en una potencia del torneo 2015 en Canadá.

Este conjunto ganó la medalla de oro en las Olimpíadas de 2012 y ocupa el puesto número 1 en las clasificaciones mundiales de la FIFA.

Todas estas son señales prometedoras para un deporte que podría superar en fanáticos a los que tradicionalmente lideran los gustos: el fútbol americano, el béisbol y el básquetbol.