Las acciones europeas cayeron ayer, pero no por lo que le debería importar a los inversionistas en la región. En lugar de enfocarse sólo en cifras de EEUU, los mercados deberían monitorear de cerca el resultado de las elecciones del domingo en Italia, afirma Sintje Boie, economista del HSH Nordbank. "Los mercados parecen subestimar el posible resultado de las elecciones italianas o las consecuencias para Europa. No se puede explicar que el diferencial de rendimiento entre los bonos del gobierno italiano y alemán a diez años fuera 120 puntos básicos inferior a principios de febrero frente al verano pasado", advierte.
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Al impacto al que Boie se refiere es a un regreso del temor en el mercado de deuda europeo, provocado por una nueva ola de inestabilidad política e indisciplina fiscal en Italia. Las últimas encuestas permiten adelantar que tal escenario es posible.
Los últimos sondeos daban 37% para la alianza de centroderecha, liderada por Forza Italia de Silvio Berlusconi y la nacionalista Lega. Les siguen el partido anti establishment Cinco Estrellas con 37,5% y la alianza de centroizquierda del oficialista Partido Democrático. El nuevo sistema de repartición parlamentaria dificulta la tarea de pronosticar cómo quedará la composición final. Los mercados deberán esperar hasta el lunes para saber si la coalición de centroderecha, hasta ahora favorable a Europa, logra la mayoría.
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Los analistas creen que hay una muy baja posibilidad de que esto ocurra y anticipan que Italia se dirige a un largo proceso de negociaciones para formar una gran coalición de gobierno. "Tras años pocos usuales, con gobiernos estables y orientados a las reformas, Italia parece dirigirse al período de gobiernos caóticos y coaliciones inestables de las décadas previas", afirma Holger Schmieding, economista jefe de Berenberg.
Este sería, sin embargo, el menos malo de los escenarios posibles, que también incluyen una fuerte votación y mayoría de Cinco Estrellas, o su alianza con Lega. Aunque en extremos opuestos del espectro político, ambos comparten un discurso nacionalista, con el control de la migración como una de sus principales banderas. El tema ha ganado mayor protagonismo en la campaña electoral. Cinco Estrellas ha descartado formar cualquier tipo de coalición. Pero, tras las elecciones, podría optar por un camino más pragmático, si con ello ve la posibilidad de gobernar. Sea quien sea que dirija el gobierno, sostiene Schmieding, se puede esperar que se reviertan reformas y una menor disciplina fiscal. Si algo ha caracterizado la campaña, son las generosas ofertas con que los diferentes partidos han tratado de conquistar a un electorado más apático.
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Italia es el que menos crece en la eurozona. El FMI proyecta se expanda apenas 1,1% este año, incluso debajo de Grecia. Pero ningún partido ha hablado de reformas para impulsar el crecimiento, o reducir la abultada deuda (de 132% del PIB), también el nivel más alto después de Grecia.
"En el escenario político actual una expansión del déficit fiscal parece posible… Pero una política fiscal responsable es más necesaria que nunca, para mantener la confianza de los inversionistas y evitar un aumento drástico del costo de financiamiento (para el Estado)", explica Philip Ehmer, economista senior de KfW Research, con sede en Fráncfort.
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Boie advierte, además, que esta posible nueva era de indisciplina fiscal e inestabilidad política en Italia llega cuando el Banco Central Europeo está alistando el fin de su generoso programa de estímulo, lo que de por sí ya permite pronosticar una futura alza de las tasas de interés y costos de financiamiento. "La confianza de los inversionistas en la eurozona podría resquebrajarse por los problemas en Italia", dice.
El deterioro económico que esto produciría podría dar el impulso final a partidos de posturas radicales, como Cinco Estrellas o Lega, que en su momento propusieron dejar la eurozona. La tercera economía del bloque es considerada "too big too fail", pero al mismo tiempo, analistas han advertido que un posible rescate sería demasiado costoso para el bloque.
Si bien hasta ahora el consenso parece apuntar a un período más bien de parálisis económica con inestabilidad política, hay quienes creen que no se puede descartar un escenario peor. Friedrich Heinemann, del Centro para Investigación Económica Europea (ZEW) de la U. de Heidelberg, alerta: "Si Italia opta por un gobierno que, como el de Grecia en 2015, decida entrar en colisión con el eurogrupo y alejarse del curso necesario de reformas y ajuste fiscal, generaría una nueva fase de inestabilidad que, en último término, podría en peligro a la eurozona y la UE".