Valparaíso y San Antonio llevan décadas en una histórica rivalidad acerca de cuál es el principal puerto de Chile. Y aunque este último hace años que tiene un mayor volumen de carga, la discusión fue zanjada anteayer por la Presidenta Michelle Bachelet, al confirmar que la ciudad en honor al santo luso fue la elegida para construir el Puerto de Gran Escala (PGE), que contempla una inversión en torno a los US$3.300 millones al 2030.
Pero el puerto y la ciudad que lo alberga no será lo único que cambiará en los próximos años. Un proyecto de infraestructura de tal envergadura (la obra contempla más de 3.300 metros), impactará también a carreteras, pueblos y ciudades aledañas y, en general, a toda la macrozona central de Chile.
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Reforzamiento ferroviario
Una vez en marcha el proyecto, el megapuerto triplicará la capacidad del actual, pasando de 3 millones de TEU -unidad de medida de transporte marítimo- a 9 millones de TEU. "En un principio, claramente tendrá un impacto en el mismo San Antonio. Y los ciudadanos ya se están organizando, porque aparte de ser un tema económico local, seguramente se necesitará de una gran infraestructura logística. Por ejemplo, temas de almacenamiento y transporte", comenta Luis Ignacio Rizzi, académico de la Escuela de Ingeniería de Transporte y Logística de la UC.
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Rizzi se refiere no solamente a una modificación de autopistas como la Ruta 78, sino también a una inversión en el reforzamiento y ampliación de una red ferroviaria, que sería clave dentro de lo que el subsecretario de Transportes, Carlos Melo, denomina como Red Logística de Gran Escala. "Preferimos ese nombre, ya que esto es más que un puerto, es todo un cambio logístico que afectará a la macrozona central. Dentro de ese esquema, lo más ineludible es el mejoramiento de la red ferroviaria entre los puertos de la Región de Valparaíso, así como desde San Antonio hacia Santiago", indica Melo.
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El subsecretario estima que el transporte ferroviario debería ser el responsable de entre el 30% a 40% del movimiento de carga cuando el megapuerto esté listo.
Juan Pablo Fuentes, director del Instituto de Logística y Transporte de Chile (ILT) y académico de la Escuela de Postgrado de la UAI, es de la misma idea. "Chile es demasiado dependiente de las carreteras, pero los grandes puertos del mundo como Frankfurt o Singapur poseen una alta infraestructura ferroviaria, por eso que debe haber una mirada del Gobierno sobre cómo abordar ese aspecto", dice Fuentes. Agrega que también se requerirá de un importante mejoramiento de carreteras: "La Ruta 78 ya es una autopista congestionada, con hasta 4 horas de detención en momentos peak en verano, que es la misma época donde hay un gran transporte de fruta".
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Solución intermodal
Otro gran "pendiente" que tendrá que resolverse una vez que opere el nuevo megapuerto es un nuevo espacio intermodal. Alberto Texido, ex presidente del colegio de arquitectos y académico de la U. de Chile, explica que, "se necesita una solución intermodal a nivel nacional e internacional, que esté basada en la Región Metropolitana".
Al respecto, el subsecretario de Transportes dice que dentro de la logística que significa toda la carga que se generará, se beberá necesariamente construir un Centro de Intercambio Intermodal. "Además, deberá haber un aumento de otros centros logísticos o de carga de refuerzo, incluso dentro del radio urbano", concluye Melo.