El 19 de julio fue clave para el futuro de la Alianza. Tras la bajada de la campaña presidencial del candidato que venció en sus primarias internas, Pablo Longueira, la UDI decidió proclamar como su abanderada a la ex ministra del Trabajo, Evelyn Matthei. Por su parte, RN quería llegar a las elecciones con candidato propio. Esta proclamación accidentada, fue el primer paso en su camino a La Moneda.

El lunes siguiente el oficialismo tuvo comité político en La Moneda y acordó llevar un candidato único entre ambos partidos, pero no se zanjó la forma en que se daría a conocer. Piñera lanzó su mensaje “cuando los problemas vienen dentro de la propia coalición a uno le duele el doble”.

El día 24 de ese mes terminó la disputa entre ambos partidos y RN decidió apoyar a Matthei como su candidata. Su sede se mantuvo en el comando de Longueira, mientras que algunos asesores de este último -como Gonzalo Cornejo y Cristián Leay- se sumaron a la campaña de Matthei. Días después, la RN Lily Pérez fue designada como su vocera.

Según sus cercanos, la división en la Alianza es lo que más la complicó. De hecho, destacó el trabajo de los jóvenes porque “son los únicos que funcionan bien juntos”.

Quizás una de las declaraciones que alentaron el ánimo entre los seguidores del gremialismo fueron las que realizó esa misma semana, en el programa Tolerancia Cero. Se le preguntó por la relación de su padre, el ex miembro de la Junta Militar Fernando Matthei, con el gobierno de Pinochet y sobre de qué modo se refiere ella a dicho período: “Qué cada uno le diga como quiera. Yo le digo ‘gobierno militar’, pero no tendría problema en decirle ‘dictadura’, porque si hay algo en que estamos todos de acuerdo es en que democrático no fue”.

Su trabajo en terreno no estuvo exento de complejidades. La semana siguiente, mientras estaba en Viña del Mar, fue increpada por alumnos de la Universidad del Mar por sus dichos ante el cierre del plantel mientras era ministra del Trabajo. Ante esto respondió que la prioridad en su programa de gobierno sería la educación.

CAMBIOS IMPREVISTOS
Otro de los puntos cuestionados por falta de contenido, fue la elección de su primer slogan: "Ganemos juntos", en cuya campaña estuvo involucrado Andrés Chadwick, ex colaborador de Andrés Allamand en las primarias de la Alianza, e hijo del ministro del Interior. Durante la campaña y a pocas semanas de la elección se cambió a "Un 7 para Chile", algo que tampoco convenció a sus adherentes por estar ad portas de la elección.

Por el contrario, su gráfica fue celebrada entre sus simpatizantes.

Sin duda el punto más controversial fue su acusación pública al candidato presidencial Franco Parisi. Matthei denunció en TV que existían más de 65 demandas judiciales en contra del independiente por el presunto no pago de previsiones, gratificaciones e indemnizaciones a los trabajadores del colegio “La Fontaine”.

Las declaraciones fueron realizadas en el programa “Patio de los Naranjos” de Mega. “Estos señores se quedaron con la plata de los trabajadores, y después pretende ser el señor que va a limpiar la política”, dijo la candidata.

Consecuencia de esto, sufrió el alejamiento de algunos parlamentarios, principalmente de RN. Su presidente Carlos Larraín dijo a La Tercera que “lo que procede ahora es que las partes involucradas se preocupen de esto”, a lo que Lily Pérez salió a responder duramente. “Obviamente nos gustaría ver a todos (los legisladores) muy activos y no solamente para pedir cosas en las campañas o para pedir apoyo, no sólo para sacarse la foto, sino para defender los principios de la ética en política”, declaró.

En la interna del oficialismo se comentaba el distanciamiento de La Moneda con la campaña de su sector. Si bien Sebastián Piñera apoyó públicamente a la candidata, ya estaba reclutando a personeros de su gabinete como Cristián Larroulet y Andrés Chadwick, para el think tank que creará después de su salida del gobierno.

Se dice que estos distanciamientos habrían comenzado con las declaraciones que realizó en agosto a La Tercera con motivo de los 40 años del régimen militar. “Hubo muchos que fueron cómplices pasivos: que sabían y no hicieron nada o no quisieron saber y tampoco hicieron nada”, declaró el mandatario, algo que además fue percibido como los primeros pasos para preparar su retorno a La Moneda en 2017 con la intención de acercarse a un centro.

De cara a la segunda vuelta presidencial, Joaquín Lavín dio un paso al costado para dar espacio a la “nueva generación de la centro derecha popular”. Sin retirarse del comando, dejó su cargo de generalísimo de campaña y Karla Rubilar (RN), Rodrigo Delgado (UDI) y Felipe Kast (Evópoli) asumieron la jefatura. Junto a ellos, cerca de una decena de líderes de la derecha joven ingresaron al comando. Su apoyo en esta etapa fue crucial. Cercanos a Matthei aseguran que su presencia la hizo sentir más “acompañada” y que fueron un aporte en el trabajo “de calle” y terreno con mujeres, niños, jóvenes, discapacitados y adultos mayores.

Sin embargo, el clímax de los tropiezos de la campaña de Evelyn Matthei fue la reunión programática que sostuvo el senador RN Antonio Horvath con Michelle Bachelet. Horvath fue el jefe programático de Franco Parisi, lo que ya había significado un problema para la Alianza en primera vuelta, pero su acercamiento con la candidata de la Nueva Mayoría en plena campaña de la segunda vuelta presidencial impactó el corazón de la campaña oficialista.

De todas formas, el último debate presidencial calmó los ánimos. Cuentan en su comando que el buen desempeño mostrado por la candidata en el foro televisado fue una inyección de ánimo para el sector, que sirvió para terminar los días de campaña y ratificar que dentro de las posibilidades fue la más indicada para enfrentar el desafío. Lo que, a pesar de la derrota, le permitirán terminar esta carrera con un capital político.