Los mayores bancos de Wall Street están pasando por su mejor momento desde 2007. Después de años de problemas, los niveles de ganancias pre crisis están de vuelta.
JPMorgan Chase, Citigroup, Bank of America, Goldman Sachs y Morgan Stanley tuvieron una ganancia combinada de US$17.600 millones en el segundo trimestre cuando reportaron sus resultados en los últimos diez días. Se trata del mejor período hace seis años.
La fortaleza de las ganancias no ha pasado inadvertida en Washington, donde Sherrod Brown, senador demócrata, sugirió a Ben Bernanke, presidente de la Reserva Federal, que él no debiera atender las solicitudes de los bancos para reducir la presión regulatoria.
"No es sorpresa que a los bancos gigantes les esté yendo bastante bien", dice. "Aún así, siguen diciendo que las regulaciones -nuevas regulaciones y regulaciones pendientes- los están matando", agrega.
Los inversionistas se han volcado hacia un sector que no hace mucho tiempo solía tener problemas en atraer interés debido a la sombra que dejaron los activos tóxicos y las nuevas regulaciones. Las acciones de Bank of America y Morgan Stanley se han más que duplicado durante los últimos doce meses.
Aún así, estos no son los mismos bancos que cuando comenzó la crisis. JPMorgan compró Bear Stearns y Washington Mutual, BofA compró Merril Lynch e incluso para aquellos que no se han transformado a través de fusiones, ha habido una reestructuración monumental.
Han gastado decenas de miles de millones de dólares en adquisiciones, acuerdos legales y amortizaciones para volver a aquellos niveles de ganancias mientras, si se suman los bancos fallidos o adquiridos, las ganancias de la industria siguen siendo significativamente menores.
E incluso si los números en general para los sobrevivientes parecen atractivos, están lejos de los niveles de rentabilidad pre crisis. El promedio de retorno sobre las acciones en los cuatro principales bancos de Wall Street es de 8,9%, menos de la mitad de los retornos alcanzados en 2006 y 2007, en parte porque los reguladores han demandado mucho mayores niveles de capital para absorber futuras pérdidas.
Pero los optimistas pueden contrarrestar a la mayoría de los pesimistas. Marianne Lake, directora de finanzas de JPMorgan, dice que incluso si no se están endeudando directamente de los bancos, las empresas son capaces de recurrir a los mercados de bonos en busca de dinero barato.
Si las empresas están inundadas de efectivo, los consumidores también han reducido la deuda, permitiendo a los bancos entregar miles de millones de dólares de reservas separadas para la deuda tóxica.
"Creo que al consumidor le está yendo bien y está ayudando a seguir mejorando la calidad crediticia de los bancos, pero, de manera más importante, mantener a la economía funcionando", dice Bill Demchak, quien dirige el banco PNC Financial en Pittsburgh.
Incluso los analistas más cautelosos aceptan que los bancos estadounidenses han alcanzado una plataforma para el crecimiento futuro. El motor que movía la banca volvió a andar.