LA INDUSTRIA 4.0, también denominada como Cuarta Revolución Industrial, es un concepto bastante amplio. Pero básicamente se refiere a la forma en que actualmente se fabrican productos, con una serie de procesos interconectados gracias a las últimas tendencias tecnológicas, como el Internet de las Cosas (IoT) o Inteligencia Artificial, por nombrar algunas. En otras palabras: la digitalización de los procesos productivos.
Si bien el término comenzó a idearse por el 2010 en Alemania, cuando el gobierno de ese país dio su visión acerca de los nuevos medios de producción, se usa actualmente en todo el planeta, incluyendo Chile y América Latina. "A pesar de diferencias de desarrollo, de maduración o culturales, los desafíos de la era digital que enfrentan las organizaciones, tanto grandes como pequeñas, son similares: el aumento de la competencia, la demanda para productos personalizados en producción masiva y la hiperconectividad", comentan en la empresa alemana SAP, para referirse a la realidad local.
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Para hacerse una idea, según un estudio de IDC, para 2021, al menos 40% del PIB de América Latina se digitalizará y para 2020, el 40% de las empresas grandes de la región habrá articulado completamente una estrategia de plataforma tecnológica para la Transformación Digital de toda la organización, una de las banderas de la Industria 4.0.
"Por eso es tan importante que las empresas, los gobiernos y el mundo académico trabajen juntos en la Cuarta Revolución Industrial. Su éxito, desde la fábrica hasta la sala de reuniones, requiere cooperación a nivel nacional, regional y mundial. La digitalización, por su propia naturaleza, no puede restringirse a ninguna área, industria o tecnología. Es un desarrollo que depende de las redes: de cosas, personas y organizaciones", agregan de SAP.
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Por esta razón no se trata solo de tecnologías como el IoT o la IA que aumentan la eficiencia de la producción, sino de una integración en empresas enteras, impulsando la creación de nuevos ecosistemas que pueden abarcar múltiples industrias o sectores económicos.
Según SAP, un primer paso necesario es "tener sistemas core que permitan contar con información relevante y actualizada de todo el negocio para obtener visibilidad de toda la cadena de suministro. Posteriormente es posible innovar primero en procesos no críticos, antes de transformar aquellos centrales del negocio".
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Y el cambio está a la vuelta de la esquina. Para 2021, las interfaces humano-digitales (HD) se diversificarán en Latinoamérica, según el mismo estudio de IDC. 10% de los técnicos de servicio de campo y 15% de los trabajadores de información usarán realidad aumentada. Mientras que casi el 50% de las nuevas aplicaciones móviles usarán voz como interfaz primaria.
Por otro lado, el 20% de las empresas de consumo que se encuentran entre el Top 3000 de Latinoamérica utilizarán sensores biométricos para personalizar las experiencias. "La Transformación Digital ha creado un mercado cada vez más global en el que las empresas de América Latina sienten la presión de seguir avanzando a un ritmo frenético a pesar de las restricciones externas de mercado" comenta Ricardo Villate, vicepresidente de Grupo para IDC Latinoamérica.
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