Además de los directores de Presupuesto, Impuestos Internos, Corfo, Sename, el INE y los servicios de Salud, el cargo de jefe de la Dirección del Trabajo (DT) asoma como otro de los puestos clave para el próximo gobierno.

El servicio cumple un rol estratégico en la implementación y fiscalización de la ley laboral, lo que lo hace tener cercanía con la ciudadanía. También ha servido de soporte técnico en el diseño programático de políticas laborales. De ahí que en los partidos de Chile Vamos y en el mundo de la centroderecha exista el anhelo de poner uno de los suyos en el cargo.

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Si bien la prioridad del entorno del Presidente electo Sebastián Piñera es nombrar en los próximos días a los subsecretarios que acompañarán a los ministros, desde hace unos días ya vienen circulando algunos nombres para el órgano fiscalizador.

Uno de los que ha sonado es el del abogado Marcelo Soto, socio de Uribe, Hubner & Canales (UH&C), uno de los pocos estudios grandes dedicados al área laboral.

Soto fue subsecretario del Trabajo en el primer gobierno de Piñera durante un corto período -marzo a julio de 2010- y renunció por diferencias con la entonces ministra del ramo, Camila Merino, para integrarse durante unos meses como asesor del Ministerio del Interior.

Durante el debate de la Reforma Laboral en el Congreso asesoró a los senadores Andrés Allamand (RN) y Hernán Larraín (UDI) y colaboró en el requerimiento contra el proyecto en el Tribunal Constitucional (TC).

Es cercano a RN, pero también tiene nexos en la UDI. También ha asesorado a la Sofofa y ha participado en debates en Icare.

El abogado Fernando Arab es otro de los que se ha mencionado para la DT. Arab hoy es socio del estudio Morales & Besa y al igual que Soto fue subsecretario del Trabajo durante la primera administración piñerista. Ambos juristas también fueron parte del equipo laboral programático del ex mandatario en la reciente campaña presidencial. El profesor de derecho de la U. de Chile y asesor de la CPC, Héctor Humeres, también ha sonado para director.

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Desde la centroderecha dicen que tanto Soto como Arab podrían asumir en la DT o incluso repetirse el plato en la subsecretaría del Trabajo. Agregan que hay otros nombres del equipo laboral de la campaña que también estarían en condiciones de llegar a la Dirección del Trabajo y no se descarta que la elegida sea una mujer.

La DT en el último tiempo ingresó al sistema de Alta Dirección Pública (ADP), pero también es parte del grupo de hasta 12 altos directivos públicos de primer nivel jerárquico que pueden ser nombrados por el Presidente de la República sin concurso previo.

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