Habían pasado sólo pocos minutos cuando surgieron las primera críticas al gabinete del segundo mandato de Sebastián Piñera. Una de las principales eran los vínculos empresariales de los integrantes del grupo que acompañará en sus inicios al Presidente electo y los potenciales conflictos de interés.
A diferencia de su primer mandato, los futuros ministros no sólo tienen participación en empresas u ocupan puestos en directorios, o en la primera línea de las compañías, como en el caso de Laurence Golborne, temas que fueron blanco de cuestionamientos en 2010. Esta vez, los críticos revivieron vínculos con firmas o empresarios involucrados en algunos de los escándalos más bullados del sector privado. Entre ellos, el caso Penta.
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Los lazos más evidentes parecían ser los del presidente de la CPC y futuro ministro de Desarrollo Social, Alfredo Moreno. Tras abandonar el Ministerio de Relaciones Exteriores en 2014, finalizado el primer gobierno de Sebastián Piñera, Moreno asumió la presidencia del grupo Penta luego de la renuncia de sus controladores Carlos Alberto Délano y Carlos Eugenio Lavín. Ambos fueron involucrados en el escándalo tributario que llevó a los empresarios a vender finalmente su participación en el holding y los negocios relacionados. Una transacción en la que también colaboró Moreno.
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El ex canciller tuvo la tarea de calmar al mercado y de mostrar una compañía sin problemas financieros, en medio del proceso judicial que enfrentaban los controladores de Penta. Para ello, renovó también parte de los directorios de la compañía. Así, José Ramón Valente entró a la mesa de Banmédica, donde se mantiene hasta el día de hoy. La compañía se encuentra en proceso de pasar a manos de UnitedHealth Group (UHG) en una operación que podría llegar a los US$2.800 millones, lo cual traería consigo una renovación de la mesa. Tanto por el cambio de control, como por las nuevas funciones de los directores, lo que debería ocurrir en las próximas semanas.
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Valente y Moreno no son los únicos que mantiene lazos con el ex grupo Penta. A pocas horas del anuncio del gabinete, en las redes sociales comenzó a circular una columna escrita por el futuro ministro de Educación, Gerardo Varela, en 2014 para El Mercurio, en la que defendía el actuar de Carlos Alberto Délano. "A Gabriela Mistral le preguntaron alguna vez por qué no vivía en Chile, y ella dijo, porque en Chile sería la "Gaby" no más. Es el problema de 'El Choclo', en cualquier país desarrollado le habrían dado una medalla por servicios a su país, acá preferimos dárselas a Alan García que nos demandó ante La Haya", era el inicio de su escrito.
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El abogado trabajo con Délano en el proyecto "Escuelas para Chile", iniciativa que buscaba levantar colegios en el sur con parte de los dineros recaudados a través de la Teletón realizada después del terremoto. La organización a cargo de administrar los recursos incluía a Varela y a Délano, junto a otros empresarios locales.
Las columnas de Varela han apuntado varias veces a polémicas del sector privado. En este sentido, acusó a Corfo de impulsar un "bullying que a nadie le importa" en contra de SQM en una publicación de 2016.
Estas defensas de Varela se mantuvieron en el plano social, pero el abogado asumió una tarea profesional a propósito de otro conflicto empresarial, el caso Cascadas. El futuro ministro fue defensor del socio de LarrainVial, Leonidas Vial, rol en el que negó que existieran pruebas para acreditar la existencia de un esquema.
Los otros nexos
Hace cerca de doce años que Gerardo Varela trabaja como abogado en el estudio Carola Diez Pérez-Cotapos y su trabajo en el caso Cascadas es sólo parte de su trayectoria. El futuro ministro también ha representado a Shell, Reebok, Unilever y Lefersa. Desde 2010 es presidente de Soprole, mesa a la que ingresó en 2002. También ha integrado la mesa de Iansa.
Valente y Moreno también tienen nexos con otras compañías. El más conocido, en el caso del primero, es su participación en Econsult, pero además, el economista es parte del directorio de Transelec y de Cementos Bío Bío.
Moreno, en tanto, tuvo una larga trayectoria en el grupo Falabella, donde fue parte del directorio. Además, ha manejado empresas propias: Telemercados Europa y Chuck E Cheese's, compañías en las que vendió su participación hace algún tiempo.
Aunque estos tres futuros ministros recibieron las mayores críticas por su relación con polémicas empresariales, no son los únicos con estos lazos. El futuro ministro de Obras Públicas, Juan Andrés Fontaine, es actualmente director de Embotelladora Andina y Sigdo Koppers, además de asesor externo de Activa Asset Management, el brazo de capital privado de LarrainVial.
Desde el entorno del Presidente electo ya estaban preparados para las críticas. Por ello, Piñera instruyó a que tanto Valente como Moreno, Varela y los otros miembros del gabinete que acrediten tener un rol o participación en empresas privadas se alejen de estas labores. La orden también fue repetida ayer por los ministros tras la ceremonia de anuncio de gabinete. Así, las compañías se preparan para afrontar estos cambios en las próximas semanas.