Desde hace 30 días que el empresario Raimundo Valenzuela venía comprando acciones de La Polar, las que, junto a los bonos que tenía y que convirtió en papeles de la multitienda, lo llevaron a convertirse en el mayor accionista de La Polar con el 12,86% de la propiedad.
La información -revelada la tarde del viernes por pulso.cl- fue bien recibida por varias personas ligadas a la cadena. Más aún cuando el mismo Valenzuela dijo a PULSO que “tengo la intención de entrar al directorio de La Polar para cooperar con la compañía en el largo plazo”.
Si bien su ingreso a la mesa se concretará en la próxima junta de accionistas en abril, desde ya en la cadena ven con buenos ojos su incorporación al directorio. “Valenzuela es un accionista activista, de esos que se meten en la empresa y buscan influir con mucha fuerza. Eso es positivo para La Polar”, dice una persona ligada al directorio de la cadena.
Meses atrás, el mismo Valenzuela había manifestado su interés por ingresar a la propiedad de la empresa. Fue en junio de 2014, cuando el entonces presidente de La Polar, César Barros, impulsaba un plan de reestructuración de deuda para sacar a la empresa del difícil momento económico que vivía desde 2011, cuando estalló el escándalo de las repactaciones unilaterales. En ese entonces Valenzuela, que era uno de los mayores acreedores, criticó duramente a Barros y aseguró: “La Polar es viable, pero el nuevo dueño de la compañía tienen que ser los acreedores. Eso es lo que corresponde”.
Quienes conocen a Valenzuela dicen que el empresario vio una oportunidad ya que la acción de la empresa está barata: el viernes cerró en $28,9, pero hace un mes estaba en $17,3. Dicen que su intención es cooperar a que la empresa salga adelante y así recuperar cuanto sea posible de lo que invirtió en la cadena, en la cual compró pagarés cinco días antes de que estallara el escándalo de las repactaciones.
Desafíos
Un conocedor de la empresa asegura que un desafío importante para Valenzuela, una vez que ingrese al directorio, será ejercer un liderazgo claro en la mesa que desde hace siete meses preside Juan Enrique Vilajuana. Y si bien todos los consultados valoran el trabajo realizado hasta el minuto por Vilajuana, también reconocen que han existido momentos de tensión como la salida del director Alberto Sobredo, quien renunció, cuentan, por diferencias de estilo con el resto de la mesa.
“Esto no tiene que ver con Vilajuana, él lo ha hecho muy bien, en su gestión se encontró un buen gerente general, se han seguido bajando los costos y se han aumentado las ventas por metro cuadrado. Pero es muy distinto el hecho de que ingrese al directorio una persona que realmente está apostando su plata en el proyecto. En estas empresas que no tienen ningún accionista ni controlador claro, finalmente nadie representa a nadie. Valenzuela apostó su propio patrimonio”, dice una persona que conoce bien a la empresa y su directorio por dentro.
Otro desafío relevante -señala una fuente que conoce la empresa- será conseguir que La Polar obtenga utilidades, algo que debiera conseguirse en el ejercicio 2016, dice un conocedor. Y ahí hay mucho que hacer sobre todo en el ahorro de costos en las mismas tiendas, mejorar la operación misma, optimizando las tiendas y sus procesos, y sobre todo, hacer crecer las ventas por metro cuadrado.
Metas que en todo caso no se ven tan lejanas, sobre todo por los avances conseguidos en los últimos meses, bajo la presidencia de Vilajuana. Durante lo que va del año se consiguieron recomponer las relaciones con los últimos proveedores que aún tenían cortadas sus líneas con la multitienda, a raíz del escándalo que sacudió a la empresa. Además, llegó a la compañía un nuevo gerente general, Andrés Eyzaguirre, un emblemático ejecutivo del sector retail que además fue director de La Polar, así que la conoce bien.
Eyzaguirre llegó desde la gerencia general de Fashion Park y desde ahí también se trajo al gerente de ventas, Julio Macchiavello, para que ocupe el mismo cargo en La Polar, un puesto clave para los desafíos que hoy tiene la compañía.