En los casi 40 años que tiene la Dirección General de Relaciones Económicas Internacionales (Direcon) no hay dos voces respecto de las repercusiones positivas de su labor en la apertura de puertas en el extranjero. Con una importante base ya establecida, el recién asumido director general, Rodrigo Yáñez, tiene mapeados los desafíos y focos de su gestión para los próximos años.
Por lo pronto, y tomando en cuenta lo dinámico que es el comercio exterior, cuentan que el abogado está abocado a convertir a la Direcon en un organismo más ágil y proactivo en la tarea de detectar barreras para nuestros productos. De esta forma, plantea trabajar con los países para solucionarlas rápidamente sin que se afecten las exportaciones. Yáñez es un convencido de que de nada sirve tener acuerdos y arancel 0% para los productos si una barrera no arancelaria deja un contenedor en el puerto sin poder ser ingresado al país de destino.
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Su plan es revisar la implementación y la administración de los acuerdos para ver cómo están funcionando y ver qué capítulos es necesarios profundizar con los socios comerciales.
Para lograrlo, el abogado está trabajando muy de cerca en la dirección bilateral del organismo. La idea es que a los 26 acuerdos comerciales que nuestro país mantiene vigentes con 64 economías del mundo se les pueda sacar el mayor provecho posible.
Para fortalecer esta labor, al mando de la dirección bilateral nombró a Felipe Lopeandía, un funcionario con años de experiencia y un hábil negociador.
Bajo su mirada, además, se pondrá un foco importante en las negociaciones comerciales en curso con Corea, Unión Europea, Reino Unido y los países de la Alianza del Pacífico.
Pero más allá de las negociaciones específicas que se quieren potenciar, cuentan que Yáñez es un convencido de que parte importante de los esfuerzos en términos de comercio exterior se deben orientar hacia los países de Asia Pacífico.
Con China como principal socio comercial y acuerdos con varios países de la región, este sería el objetivo estratégico más importante de su gestión.
Un foco que tendrá una vitrina excepcional el próximo año, cuando Chile se convierta en anfitrión, nuevamente, de la Apec 2019.
Un hito que, según cuentan, para el abogado será clave, porque les permitirá, además de ser escenario y plantear desafíos, mostrarle a la ciudadanía la importancia de tener un mercado abierto al mundo y acercar los beneficios a las pymes que quieran abrirse al mundo. Dicen que lo ve como una ventana para comunicar e incentivar a que más empresarios miren hacia afuera.
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La nueva subsecretaría
En el frente interno, Yáñez también tiene desafíos. Por lo pronto, y con la ley que moderniza la Cancillería ya publicada, el próximo año su dirección se convertirá en una subsecretaría y él en subsecretario.
Aunque mantendrá su dependencia del Ministerio de Relaciones Exteriores, aseguran que el cambio le da un estatus político superior al organismo y hablan de un reconocimiento de la importancia que tiene el comercio exterior para nuestro país.
El abogado, además, liderará junto con Jorge O'Ryan, el recién nombrado director de ProChile, una serie de cambios para potenciar la labor del organismo de promoción en el exterior.
Para partir, ProChile se transformará en un nuevo servicio público y ya no solo potenciaría la exportación de bienes y servicios, sino que tendrá un rol principal en la atracción de inversión extranjera y en la promoción de la imagen país.
Lo que se busca es que el impacto de las políticas y acciones sea el mayor posible y potenciar el rol de la institución que tiene presencia y una buena red en el mundo.
Ya están en curso una serie de cambios que tienen que ver con el perfil de los agregados comerciales que están en el extranjero, porque ahora se necesitan profesionales que trabajen en todos los frentes.
Además, en línea con lo que Yáñez estableció como prioridades para la Direcon, la idea sería potenciar la presencia de ProChile en China a través de la apertura de oficinas en nuevas ciudades, como podría ser Chengdú.
Otro país que se pretende apuntalar es Estados Unidos, donde se evalúa abrir oficinas comerciales en un estado más central, como podría ser Texas.
Por otra parte, se racionalizará el despliegue que actualmente tiene el organismo en Europa. Ahí la idea es crear oficinas comerciales más eficientes, con cobertura para varios países o por zonas, dado que el impacto para nuestras exportaciones no es tan alto. Por ejemplo, en Italia hay oficina comercial en Roma y en Milán.
Además, hay misiones donde hay un agregado comercial, uno agrícola y otro de inversiones y sus trabajos se podrían fusionar.
Con estos cambios, la idea de Yáñez es que el trabajo entre la nueva subsecretaría y ProChile sea mucho más coordinado y que lo que se negocie en términos de acuerdos tenga que ver con las necesidades reales para las empresas chilenas que ven los agregados en cada uno de los países.