Sebastián Piñera ganó las elecciones presidenciales por un importante margen (635 mil votos de diferencia). Si bien el apoyo ciudadano le otorga un capital político potente para afrontar los retos que tendrá por delante, durante su mandato deberá hacer frente a varios desafíos. Uno de ellos será impulsar el crecimiento económico. El otro, procurar encauzar de manera adecuada una serie de demandas sociales sin comprometer la disciplina fiscal, en un contexto donde no gobernará con mayoría parlamentaria.
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No es de extrañar que distintas demandas sociales presionarán por un mayor gasto fiscal. Esto se dará en un contexto donde se busca ir reduciendo el déficit estructural. Si bien el aumento en el precio del cobre, sumado a un crecimiento que se espera sea más alto y la entrada en pleno funcionamiento de la Reforma Tributaria darán pie para un incremento de la recaudación fiscal, es necesario calibrar de manera correcta si los mayores ingresos son estructurales, con el fin de poder dimensionar con cuánto espacio se cuenta para subir el gasto y cuánto de los mayores ingresos deben destinarse a reducir el déficit. Esto es clave para garantizar la disciplina fiscal en el mediano plazo.
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El próximo mandatario deberá utilizar capital político para lograr acuerdos lo más amplios posibles y así avanzar con su agenda. En el caso de la cámara baja, para lograr la aprobación de proyectos que requieran quórum simple, deberá contar con seis diputados fuera de las huestes de Chile Vamos, y en el caso del Senado deberá conseguir a lo menos tres apoyos adicionales. En proyectos que necesiten quórum calificado (típicamente relacionados con aspectos constitucionales), el número de parlamentarios que deberá sumar será sustancialmente mayor.
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Todo lo anterior se traduce en la necesidad de establecer prioridades. En ese contexto, el Gobierno deberá ponderar adecuadamente temas sensibles para la ciudadanía, como es la reforma al sistema de pensiones o la agenda en educación, y otros muy importantes para el crecimiento, como el incremento en el gasto en infraestructura.
En suma, impulsar el crecimiento y encauzar las demandas sociales requerirá una priorización adecuada y generar los consensos necesarios para avanzar de manera sostenible.
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*El autor es economista Banco Santander.