DESDE que se anunció la realización del próximo mundial en Rusia, las autoridades de ese país y la FIFA prepararon una serie de iniciativas sostenibiles para reducir el impacto ambiental de la cita deportiva y marcar una clara diferencia respecto a otras ediciones.
El evento que se desarrollará entre el 14 de junio y el 15 de julio, estrenará la "Estrategia de Sustentabilidad de la Copa Mundial de la FIFA". Esta busca garantizar que la celebración de Rusia 2018 reduzca al mínimo el impacto negativo y maximice los efectos positivos en la economía, población y el medioambiente. Para ello, cuenta con una inversión de unos US$20 millones.
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El primer paso vino de la mano de la infraestructura, pues el desafío de las autoridades fue integrar la sostenibilidad y la construcción ecológica en el diseño de los estadios. El objetivo contemplaba que los 12 anfiteatros deportivos cumplieran al pie de la letra con las regulaciones, tales como la normativa internacional verde o BREEAM y el sello LEED, que se otorga sólo a los edificios calificados como sostenibles.
Para lograr este objetivo, el Comité Organizador Local (COL) de Rusia 2018 preparó en 2015 un taller sobre la aplicación de normas de construcción ecológica, que dio la pauta. Una vez finalizado este proceso, se fijó una nueva norma medioambiental para estos anfiteatros deportivos.
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Nuevos estadios
Con consideraciones relacionadas con eficiencia energética, uso de materiales y nuevas tecnologías de construcción, nace el renovado Estadio Olímpico Luzhnikí. Este albergará el partido inaugural de la cita mundialista. Entre otros, se destaca por su sistema de calefacción, ventilación y aire acondicionado central automatizado. Además, utiliza sólo luces led y posee una completa estructura que le permite ahorrar agua.
Del mismo modo, el coliseo deportivo fue objeto de varias reformas en sus áreas verdes. Por ejemplo, se plantaron 1.050 árboles y se destinaron 15.700 m2 para jardines. Además, se eliminó la pista de atletismo y las columnas que obstaculizaban la visión en el nivel superior.
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Según datos de la organización, con la aplicación de esta norma medioambiental se logró reducir en un 70% la energía necesaria para la operación de los estadios de la cita mundialista.
El Otkrytie Arena o estadio Spartak es otro de los que recibió la certificación BREEAM. Este se encuentra rodeado por un amplio espacio verde y, además, cuenta con un completo sistema automatizado que regula su consumo energético.
El Kazán Arena también recibió la certificación BREEAM, por su ingeniería sustentable y cuidado por la eficiencia energética.
El balón
Otra de las novedades de Rusia 2018 es la Telstar 18, pelota que se encargará de dar vida a la gesta deportiva. Esta se construyó con ocho paneles pegados al calor y, además, es ocho gramos más liviana que la utilizada en Brasil 2014 (445g), pero la novedad no es sólo esa. El balón cuenta con materiales amigables con el medioambiente, mientras que su envoltorio está hecho con elementos reciclados. Además, cuenta con un chip NFC que le permite despachar información en tiempo real.
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En Rusia 2018 participarán 32 selecciones y se esperan más de 3 mil millones de telespectadores.