A diferencia de sus padres, poco les interesa la casa propia o quedarse en una empresa por décadas. Los millennials han encontrado en barrios, bicicletas, parques y viajes una fórmula que les encanta y que se traduce en que es la generación con mayor acceso a bienes de consumo de la historia. La conectividad es clave para ellos, de hecho según un estudio de Expedia, el 60% está dispuesto a pagar extra por no perder el acceso a sus redes sociales mientras viaja. Sin embargo, esta generación busca sentirse identificada. A la hora de comprar quieren que la propiedad tenga algún vínculo con su estilo de vida, lo mismo con el lugar en que se emplaza. Por ello, hoy son varios lo que piden atributos sustentables. De hecho son llamados como "nativos sustentables", anhelando dejar un mundo mejor para las futuras generaciones.
[ze_adv position="adv_300x100" ]
No están muy convencidos de tener auto y la bicicleta se ha convertido en su mejor amiga. Además, saben que cuentan con la movilidad porque aplicaciones como Uber los lleva a cualquier parte.
¿Pero qué buscan en una ciudad? Los millennials quieren conectividad, buscan estar en contacto directo con instituciones de arte y culturales. Con mayores ingresos, se definen como sibaritas y la vida nocturna es un pilar a la hora de definir un lugar dónde vivir.
Sin redes tecnológicas se sienten perdidos
Al 2025 representarán el 75% de la fuerza laboral. Los millennials han crecido con la tecnología a su alcance y, sin lugar a dudas, el celular es su dispositivo predilecto. Según, una encuesta realizada por la consultora de investigación de mercado Millward Brown, el 78% de ellos asegura que no saldría de su casa sin el smartphone y el 39% acepta que cuando se separa de él, experimenta algún grado de ansiedad. Es que lejos de ser sinónimo de hablar con otros -como fue al inicio del milenio-, el smartphone se ha convertido en una pieza fundamental a la hora de informar, entretener y crear de los millennials. Muchos hoy acusan a esta generación de no darse el tiempo de discutir cara a cara, sino que lo hacen a través de pantallas y aplicaciones. Esto, por ejemplo, ha llevado a restaurantes a incorporar sistemas "No cellphone", con la que buscan que los comensales dejen sus celulares de lado e interactúen entre sí.
[ze_adv position="adv_300x250-A" ]
Acceso a vida nocturna y oferta cultural
Probablemente no les interesa tener un auto, pero privilegian las experiencias y valoran el concepto de barrio.
Les gusta saber quién hace el pan que comen y cómo lo hacen. De hecho, no descartan tomar clases para tratar de replicarlo. Esa visión se ha plasmado de manera clara en lugares de Santiago como ocurre con Barrio Italia y Lastarria, donde se les ve constantemente. La convergencia de tiendas de diseño, ambientes distendidos donde tomar un trago, tiendas de alimentos orgánicos, teatros o galerías de arte a sólo algunos pasos, además de espacios diseñados pensando en ellos son algunas de las razones que explican el rápido desarrollo de estos polos. Algunos dicen que detestan la idea de los grandes malls, pero si estos están insertos en el barrio de una manera armónica, los hacen suyos. Los millennials o generación Y quiere hacer suya la ciudad y busca transformaciones en la forma en que se piensa y se desarrolla.
[ze_adv position="adv_300x250-B" ]
La libertad de moverse en bicicleta
Los millennials disfrutan de moverse sobre dos ruedas, son parte de una cultura más sustentable. Nacieron en medio de la cultura de la congestión y la premura de la ciudad, por lo que no tienen problemas para hacer un alto y pedalear por los espacios públicos. Prefieren las bicicletas urbanas, aquellas sin tantos accesorios ni características técnicas avanzadas, puesto que no les gusta complicarse. Además, les permite ahorrar peso y dimensiones, algo que valoran a la hora de estacionarse en un parque para caminar o tomar un café a media tarde. Las hay de todos tipos, este grupo prefiere aquellos modelos que apuntan hacia un diseño clásico, con estilo y carácter. Es por ese motivo que muchos de las bicicletas que pedalean estos jóvenes están inspiradas en aquellos modelos que fueron populares en los años '50 y '60. Varias marcas han desarrollado productos especialmente pensados para ellos, tales como Oxford y Trek.
[ze_adv position="adv_300x250-C-net" ]
No les interesa tener auto, buscan lugares caminables
Un informe realizado por Smart Growth America -organismo con base en Columbia, Estados Unidos, estableció una relación entre las personas que caminan y el nivel de educación, dando como consecuencia que la generación Y es, sin duda, la que más camina. El estudio sostuvo que las áreas metropolitanas de los países con más zonas peatonales suelen tener un Producto Interno Bruto (PBI) más alto y sus ciudadanos están mejor educados.
La investigación analizó las 30 áreas metropolitanas más grandes de Estados Unidos y las clasificó según la cantidad de oficinas, comercios y áreas residenciales propicias para caminar. Así, se daba cuenta de que esta generación nacida entre 1980 y 1995 tienen una mayor tendencia a desplazarse caminando. Razón por la que a la hora de comprar una vivienda, apuestan por aquellas que tengan fácil acceso al sistema de transporte o que les permita desplazarse al trabajo caminando,
El surgimiento de los nativos sustentables
El 82% de la "Generación Y" de América Latina quiere que sus hijos vivan en un mundo mejor y el 64% asegura tener una oportunidad histórica para hacer un cambio positivo, según un estudio elaborado por Trendsity.
El informe define a estos jóvenes como "nativos sustentables", debido a que son la primera generación con conciencia ambiental. "Asumen un compromiso activo respecto de la sustentabilidad, pero saben que heredaron un problema respecto a las generaciones precedentes", indica la investigación.
Además, el informe detalla que el 53% de los millennials considera que su generación es la primera en tener un verdadero compromiso con el medioambiente y un 80% se siente motivado y entusiasmado a generar un cambio de hábitos.
Por otra parte, al 67% le molesta el doble discurso de generaciones anteriores, mientras que el 87% estima que se podría hacer más de lo que se hace por el medioambiente.