“No queremos ofertones electorales ni una lista vacía de promesas con nuestras consignas: queremos un nuevo modelo educativo”. Así manifestó la nueva Confech su posición frente a 2014 el viernes pasado.
Las nuevas presidentas de la FECh, Melissa Sepúlveda, y de la FEUC, Naschla Aburman, se mostraron críticas ante las promesas de campaña de la actual presidenta electa Michelle Bachelet. Antes de ello, dijeron, analizaron su programa de gobierno y el de Evelyn Matthei.
Para el 11 de enero quedó fijado el próximo Confech. Y a pesar de que aún hay federaciones en proceso de elecciones, los universitarios, junto a la Asamblea Coordinadora de Estudiantes Secundarios (ACES) ya se han declarado disconformes frente a los anuncios de la nueva presidenta electa.
Así como los estudiantes, varias organizaciones sociales se encuentran expectantes frente a los anuncios de la ex directora de ONU Mujeres.
Sindicalistas, ecologistas, feministas, indígenas, inmigrantes, organizaciones pro legalización de la marihuana, de la diversidad sexual y los derechos reproductivos, muestran distintos niveles de escepticismo y entusiasmo ante sus promesas.
“La ciudadanía exige el término de los abusos, la satisfacción de necesidades individuales y sociales, reclamando equidad, calidad y derechos en materia de salud, vivienda digna, empleo, seguridad pública, educación, medio ambiente sano, el derecho al trabajo, a negociación colectiva, entre otros”, sostiene en la página 164 de su programa de gobierno la representante de la Nueva Mayoría.
Si bien en el plano sindical, el bloque cuenta con la militante PC y presidenta de la CUT Bárbara Figueroa como aliada, ella y distintos dirigentes sindicales ya han manifestado que quieren reformas estructurales en materia de derechos laborales.
Pero hay más frentes abiertos, sumados al educacional y sindical.
Durante la campaña, Bachelet tuvo que responder a una serie de cuestionamientos sobre su promesa de una “nueva Constitución”.
Desde la primera vuelta que la organización ciudadana Marca tu voto se hizo notar llamando a escribir AC en el voto presidencial.
Ayer, más de cuatro mil observadores ciudadanos realizaron el conteo paralelo de las marcas en los distintos locales de votación. Y ante la fuerza que ha tomado su campaña, sus voceros ya anunciaron que el próximo año exigirán que el mecanismo para cambiar la Constitución sea la Asamblea Constituyente.
Otro de los sectores sociales que ha seguido en movimiento y que espera expectante los primeros pasos del nuevo mandato son los relacionados a los derechos sexuales y reproductivos.
Entre ellos se encuentra el Movimiento de Integración y Liberación Homosexual (Movilh). “Nosotros vamos a insistir con nuestra agenda: matrimonio igualitario con adopción de hijos, ley de Identidad de Género, la creación de un organismo de carácter nacional y descentralizado que elabore políticas contra la discriminación”, adelanta Rolando Jiménez, presidente del Movilh.
Si bien el programa de Bachelet anuncia una serie de medidas a favor de la equidad de género y la despenalización del aborto en caso de peligro de la vida de la madre y violación, en materia de matrimonio igualitario sólo sostiene que convocarán “a un debate abierto, con participación amplia, para la elaboración y posterior envío de un proyecto de ley”, lo que es calificado como “insuficiente” por el dirigente.