Beijing dio una clara señal de su intención por abordar las difíciles reformas financieras necesarias para mantener a la economía china en su camino, cuando el viernes liberalizó sus tasas de interés, estrictamente controladas.
Porque al remover un piso de décadas al descuento que los bancos estatales chinos pueden ofrecer a cambio de tasas de interés comerciales, el banco central hizo su mayor cambio al régimen de la tasa de interés del país, desde que sacó los límites a las tasas de préstamo en 2004.
La iniciativa altamente simbólica, según fuentes familiarizadas con la situación, representó una suerte de derrota burocrática para el instituto emisor, que esperaba liberalizar al mismo tiempo el techo a las tasas de depósito bancarias.
“Es el mayor paso hasta la fecha que muestra que el gobierno está dispuesto a permitir que las fuerzas del mercado tengan un mayor rol en el sector financiero”, dijo el economista en Asia de Capital Economics, Mark Williams.
La iniciativa ocurrió días después de que el FMI advirtiera que es “cada vez más urgente” para Beijing implementar reformas económicas críticas, y dijera que el modelo económico dependiente de inversiones “ya no es sostenible”.
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