Los plazos para la fusión entre Scotiabank y BBVA empezaron a correr. Desde el anuncio que hicieron en diciembre pasado, cuando cerraron el acuerdo de compra, ambas entidades habían estado enfocadas en preparar los documentos necesarios para que los reguladores aprueben la fusión. Pero el viernes, por primera vez, salió humo blanco.

La Superintendencia de Bancos (SBIF) tardó sólo 70 días hábiles en aprobar la compra que quiere hacer la firma de capitales canadienses de la empresa española en el país, y al visto bueno del regulador local se sumó la semana pasada su par canadiense (OSFI).

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Eso sí, aún faltan algunas autorizaciones para que la operación siga adelante. Esto, considerando que la Fiscalía Nacional Económica (FNE) aún tiene que dar su venia, y lo mismo ocurre en el caso de la Comisión para el Mercado Financiero (CMF), considerando que hay una compañía de seguros involucrada en la operación.

"Estamos dentro de los plazos esperados", dijo la semana pasada Francisco Sardón, gerente general de la entidad de capitales canadienses, poco antes de que recibieran luz verde de la SBIF y la OSFI.

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¿Cuáles son los tiempos esperados desde ahora en adelante? El mismo día en que ambos bancos oficializaron el cierre de las negociaciones, el 5 de diciembre de 2017, Sardón dio a conocer el cronograma que tenían presupuestado: "Si pensamos que esa aprobación (regulatoria) podría estar saliendo en el mes de abril, una vez que salga hay que hacer la OPA por el resto de las acciones, porque también hay un 0,2% de acciones de minoritarios de BBVA, y por ley tenemos que comprar a todos los que quieran vender", adelantó el ejecutivo en la ocasión.

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De este modo, si en abril logran contar ya con el visto bueno de las autoridades, y considerando que luego el holding tiene 30 días para lanzar la OPA (donde la familia Said mantiene el derecho de poder participar en el banco con cualquier porcentaje que se ubique entre 0% y 25%), la transacción se concretaría en mayo, dando paso a un período para realizar los pagos respectivos. Es decir, el cierre se realizaría en junio.

Finalmente, tienen que hacer una solicitud al regulador para poder hacer la integración legal, donde nace realmente un sólo RUT, situación que esperan alcanzar durante el segundo semestre.

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Esta operación coincide con la estrategia de Scotiabank de aumentar el alcance en el sector bancario chileno y en los países de la Alianza Pacífico. De hecho, pese a que el banco canadiense tenía como meta llagar al 10% de participación de mercado -medida por colocaciones-, con la compra de BBVA, la firma superó esta cifra con creces, ya que duplicaría su actual market share, llegando al 13,7%. De este modo, se convertiría en el tercer banco privado más importante dentro del mercado local.