EL Banco Central publicó el lunes un conjunto de nuevas series ajustadas estacionalmente e informó que el PIB creció un 4,1% interanual en el primer trimestre -inferior al 4,4% preliminar-, su menor desempeño en un año y medio, gracias a un avance de la demanda interna que fue moderado por el débil dinamismo de las exportaciones. Al respecto, el director del programa económico de Libertad y Desarrollo (LyD), Luis Felipe Lagos, hace un análisis de las cifras y sostiene que hay que esperar los datos de los próximos meses para confirmar la intensidad de este proceso de desaceleración.

El Banco Central y el ministro de Hacienda han asegurado que ya existen claras señales de desaceleración. ¿Llegó al fin la desaceleración que se venía anunciando hace más de un año?

Efectivamente, el indicador de actividad, Imacec de marzo de 3,1% y su velocidad -variación del trimestre móvil desestacionalizada y anualizada- cayendo de 8,2% a 2,1% indican una desaceleración más fuerte que lo anticipado, llevando el crecimiento del primer trimestre a 4,1% y a 2% respecto del trimestre anterior, desestacionalizado y anualizado. Por el lado de la demanda interna, se observa un menor dinamismo de la inversión y en menor medida del consumo. Sin embargo, se registra un mayor vigor de la demanda interna respecto del trimestre anterior desestacionalizada. Con todo, hay que esperar los datos de los próximos meses para confirmar la intensidad de este proceso de desaceleración. 

¿Está preparada la economía local?

Recordemos que la economía estaba creciendo sobre su potencial y la demanda interna con mayor dinamismo que la producción lo cual había ampliado el déficit en la cuenta corriente. Por lo tanto, esta reducción en el ritmo de crecimiento era esperada y deseada para lograr convergencia con el crecimiento de tendencia; no aumentar la vulnerabilidad externa de la economía y mantener controlada la inflación. Ahora si el ajuste de la actividad y gasto resulta muy abrupto y se mantiene una tendencia inflacionaria menor a la meta, entonces el Banco Central puede relajar la política monetaria reduciendo su tasa de interés.

¿Por qué resultaba deseable que la economía comenzara un proceso de desaceleración ?

El componente consumo de la demanda interna sigue creciendo más. Esto se explica por las buenas cifras de crecimiento del empleo, bajo desempleo y salarios reales creciendo arriba de 4%. Las cifras del primer trimestre reflejan que se mantiene un crecimiento de la demanda interna que excede al PIB en 2,7 puntos. Ahora, en la medida que tengamos una brecha creciente entre la expansión de la demanda y de la actividad, se incrementa el déficit en la cuenta corriente y la inflación se aceleraría. Un mayor déficit en la cuenta corriente es generalmente un indicador de mayor vulnerabilidad financiera de la economía. Aunque en el caso de la economía chilena, este déficit ha sido financiado mayoritariamente con inversión extranjera directa, más que con capitales especulativos de corto plazo que son más volátiles.

La inflación volvió a ubicarse en valores cercanos a 1% anual y las expectativas de mercado se han ajustado a la baja, aunque a dos años las expectativas siguen apuntando a 3%, ¿cómo analiza esto?

La inflación se ha visto afectada por hechos puntuales como son la caída en el precio de combustibles y transporte y en los precios internacionales de los alimentos. Además el ajuste del tipo de cambio real a la baja por medio de una apreciación del peso ha contribuido a la menor inflación. Por lo tanto, las expectativas, que permanecen bien ancladas, anticipan una inflación en alza acorde con la meta de inflación.

¿Observa movimientos de la TPM en el corto plazo?

Lo más probable es que la TPM se mantenga. El riesgo es que se mantenga el dinamismo en el consumo y, por consiguiente, en la demanda interna que presione la inflación al alza que requiera un alza en la TPM.

ESCENARIO EXTERNO

A nivel internacional, se ha evidenciado con mayor claridad la desaceleración en el mundo emergente, ¿cómo se vislumbra el escenario del cobre?

El menor dinamismo del mundo emergente, especialmente China, ha llevado a una caída en el precio del cobre a niveles de US$ 3,3 lo cual sigue siendo un alto precio para este metal. En un escenario de crecimiento de China en el rango de 7,5% a 8%, el precio del cobre debería estar en torno a US$3,4. No creo que el precio del cobre tenga una caída dramática en el corto plazo. 

Los bancos centrales del mundo han continuado proveyendo amplia liquidez que han impactado positivamente los mercados financieros,

¿es preocupante para nuestro país?

La política monetaria muy expansiva ha depreciado las monedas del mundo desarrollado, lo cual en parte explica la fortaleza del peso chileno. Por otra parte, ha generado aumentos en los precios de activos que pueden generar vulnerabilidades financieras una vez que las tasas de interés en el mundo suban. Hoy existe una discusión respecto de los riesgos de la política tan expansiva del FED y del Banco de Japón. Por otra parte, la política -también expansiva- del BCE no ha logrado resolver la fragmentación monetaria de la Zona Euro, donde las empresas en España e Italia deben endeudarse a tasas significativamente más elevadas que en Alemania. Si bien se puede argumentar que estas políticas han mantenido el crecimiento, aunque débil, en EE:UU y han dado más dinamismo a Japón, lo cual es positivo para la economía chilena; no es claro como impactaran a los mercados financieros, y al crecimiento en el mundo, cuando se retiren los impulsos monetarios.