Luxemburgo se apronta a sentir el "pinchazo" de la unión bancaria de la eurozona




Cuando se trata de los sacrificios políticos necesarios para crear un supervisor bancario europeo único, el pequeño Luxemburgo será uno de los países que sentirá  la crisis de manera más aguda.

Los dilemas que enfrenta el Gran Ducado, hogar para los mayores bancos de la eurozona, que ofrece una ventana abierta a las tensas negociaciones diplomáticas por delante de todos los estados miembros de la Unión Europea (UE) en que establecen la primera piedra de un unión bancaria.

Cuando los líderes de la eurozona, en principio, prometieron el mes pasado darle al Banco Central Europeo (BCE) poderes de supervisión, Luxemburgo entregó no sólo la soberanía sino que parte de su receta para el éxito como centro financiero.

Para disgusto de sus estados de origen, decenas de bancos franceses, alemanes e italianos se han situado filiales en el Gran Ducado para beneficiarse de la capacidad de respuesta de su regulador, la puntualidad, la discreción y la aplicación favorable de normas comunes de la UE.

Algunos dudan de que el carácter distintivo pueda sobrevivir bajo un supervisor único. “A los luxemburgueses no les va a gustar”, señaló Karel Lannoo, del Centre for European Policy Studies.

“Francia y Alemania han estado mirando Luxemburgo en una manera sospechosa y es una oportunidad para ellos para finalmente ver lo que está pasando. La competencia regulatoria será definitivamente una cosa del pasado. “Una masa de compensaciones frente a otros estados de la zona euro. La supervisión es una de las partes más fáciles en relación a que se apruebe una unión bancaria completa. Pero el negocio de dar contenido al concepto de supervisión apenas está comenzando.

“Tomó un tiempo”, indicó un diplomático europeo. “Pero, créanme, las consecuencias (de la decisión política) se están  sintiendo”

Encontrar un equilibrio práctico, en relación con el poder del supervisor, sus atribuciones y a quién rendirle cuentas, será una prueba central de la propuesta de la Comisión Europea el próximo mes, que los Estados miembros procurarán llegar a un acuerdo antes de finales de año. Los 27 estados miembros de la UE todavía tienen un derecho de veto.

“Todo dependerá de cuán lejos lleguen las cosas. Mientras estamos hablando de capital, requisitos de liquidez y la estabilidad eso está muy bien, todos necesitamos tener una estabilidad financiera en Europa”, indicó Jean-Jacques Rommes, director ejecutivo de la Asociación de Banqueros de Luxemburgo.

“Pero si se va a hacer cada detalle de la supervisión, de protección del inversionista, informar sobre los detalles, que es los más problemático, no se puede supervisar desde cientos de kilómetros de distancia“. En otros aspectos, es probable que el plan sea más estrecho.

Los que están presionando para que el supervisor de gran alcance esté fuera de Frankfurt probablemente se verán decepcionados. No habrá propuesta de resolución de una autoridad central o único fondo de garantía de depósitos, al menos no todavía.

Y mientras que algunos funcionarios de la comisión querían una unión abierta a todos los 27 estados, los obstáculos jurídicos y políticos eran insuperables. Aun permitiendo a países como Polonia optar por entrar en esta problemática prueba.

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© The Financial Times Ltd, 2011.

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