Alemania considera que Francia ha hecho sus deberes internos, por lo que ya está preparada para lanzar juntos una "hoja de ruta clara y ambiciosa" para reformar la Unión Europea, que tendrá como ejes la economía, la defensa, la inmigración y la innovación.
La visita a París de la canciller alemana, Angela Merkel -la primera al extranjero desde su reelección-, sirvió para sincronizar a las dos capitales y comenzar unos trabajos que deberán acometer contrarreloj, con la vista puesta en el Consejo Europeo de junio.
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El entusiasmo del presidente francés, Emmanuel Macron, al proclamar ante la prensa la futura "refundación" de Europa contrastó con la visión siempre posibilista de la canciller.
Pese a todo, Merkel no ocultó que su Gobierno de coalición en Alemania se asienta sobre la base de reformar la UE, para lo cual es imprescindible que París y Berlín avancen juntos, "aunque no siempre tengamos la misma opinión".
"Durante muchos años, Alemania ha esperado a que Francia hiciese sus reformas. Y Francia las ha hecho. Durante años Europa ha esperado que la pareja franco-alemana avanzase. Y ahora estamos listos", constató el presidente francés.
Para Macron, el contexto europeo se ha visto sacudido por el "brexit" y, más recientemente, por las elecciones italianas, que han puesto en evidencia que Europa no ha respondido a las esperanzas de los ciudadanos en materia económica y migratoria.
Por ello, argumentó que tanto él como Merkel son "conscientes" de su "responsabilidad" ante los "comentarios de duda y de resignación" que escucha con frecuencia.
"Hoy se abre una página importante. En el próximo semestre tendremos mucho que hacer, no sólo en el corto plazo, sino para diseñar estrategias a medio y largo plazo para el futuro de Europa", dijo.
Las líneas maestras de esa reforma están claras: en primer lugar la unión económica y monetaria, sobre las que todavía persisten grandes divergencias entre ambos países, pero también la defensa, las políticas migratorias, la investigación y la educación.
Sin dar grandes detalles, Merkel dibujó los límites del terreno de juego al esbozar como retos económicos el restablecimiento duradero del euro y la mejora de la competitividad internacional, especialmente a través de la innovación.
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También mencionó uno de los aspectos en que se espera mayor sintonía, la fiscalidad, donde existen "intereses comunes muy importantes" para responder a los desafíos, como sucede con la armonización del impuesto de sociedades, por la que abogan París y Berlín.
Los ministros de Finanzas de Francia, Bruno Le Maire, y Alemania, Olaf Scholz, se habían reunido hoy poco antes en paralelo para incidir en las reformas económicas, especialmente de la eurozona.
La canciller recordó que "el multilateralismo está más amenazado que nunca", un problema al que la Unión Europea deberá dar respuesta, así como a la presión migratoria.
"De aquí a junio debemos llegar a una solución (sobre la política de asilo). Mientras haya reglas diferentes en cada país no llegaremos a nada. Debemos asegurar las fronteras exteriores", insistió la canciller.
Ambos líderes hicieron alusión a su "solidaridad" con el Reino Unido por el caso del envenenamiento del exespía ruso Serguéi Skripal y su hija Yulia, que Macron calificó sin tapujos de "injerencia rusa".
"Todo lleva a pensar que Rusia dirigió esta tentativa de asesinato", dijo el francés, mientras que la alemana se mostró más cautelosa al apuntar que "muchos piensan que Rusia es culpable".
Para Merkel, el Reino Unido ha acertado al situar el suceso en el plano internacional, porque así se conseguirá que "haya el máximo de transparencia".
Los líderes del Reino Unido, Estados Unidos, Francia y Alemania "hablaremos para decidir la reacción más apropiada" al ataque, recordó.