Henry Odwar tiene un increíble pero difícil trabajo. Los políticos africanos deben construir una industria petrolera en un país con reservas probadas y un récord de producción.
Desafortunadamente, Odwar es de Sudán del Sur, el país más nuevo del mundo, con legislación naciente y una población adulta con menos de un 30% de alfabetismo. Él y su pequeño equipo en la comisión de energía y minería del parlamento tienen que ayudar a decidir no sólo de qué manera explotar mejor las riquezas petroleras del país -que representan 98% de los ingresos del estado- sino cómo debe supervisarse la industria.
Otra complicación es que aunque tres cuartos del petróleo se produce en Sudán del Sur, todos los ductos de exportación se dirigen al Norte hacia su enemigo oficial Sudán.
La misión de Odwar es un ejemplo extremo de los desafíos que enfrentan las naciones que han tenido la suerte de encontrar cantidades comerciales de gas y petróleo. El descubrimiento es sólo el comienzo de lo que es frecuentemente un largo trabajo.
Que las naciones petroleras luchen por evadir la maldición de los recursos no es ninguna novedad. Los académicos han debatido largamente sobre la teoría de que la riqueza mineral no es la bendición que se cree. Un sector de recursos naturales fuerte puede estancar el resto de la economía y fomentar la corrupción para asegurar el control de los ingresos. Con la industria energética forzada a buscar de manera más fuerte nuevas reservas, la pregunta de cómo estas naciones pueden evitar la maldición ha vuelto a ponerse en discusión.
No hay un manual de instrucciones para que los gobiernos lo sigan. Por décadas el modelo a seguir se ha establecido en el Medio Oriente y Noruega. Los noruegos han usado las riquezas del mar del Norte para establecer un fondo soberano de riqueza, que es hoy uno de los inversionistas más grandes del mundo y sostén del país. También han emparejado la industria petrolera indígena, construyendo un sector de servicios internacionalmente competitivo.
Los noruegos han exportado su conocimiento para ayudar a que otros países se beneficien de la riqueza del petróleo sin fallar producto de la corrupción e inestabilidad. Africa del Este no es Escandinavia, existe un nuevo debate sobre cuán realista es para los puntos críticos de petróleo y gas, muchos de ellos con severas pérdidas de capital financiero, político y humano, para imitar el modelo de gobierno de un productor establecido.
Valerie Marcel, asociada a Chatham House y coautora de un nuevo estudio, ha investigado la experiencia de 12 países. Su estudio daba cuenta de que había una fuerte relación entre los éxitos técnicos y económicos cuando los recursos humanos están concentrados en una institución como un ministerio, una industria petrolera nacional o un regulador de la industria. El modelo noruego es diferente, haciendo una separación temprana de los poderes. Esto requiere de una gran inversión en términos de dinero, personal y capacitación, algo que no está disponible en muchos de los nuevos estados del gas y el petróleo.
Odwar, en cambio, habla de una ausencia de expertise en la industria (en su comité de 16 personas sólo tres tienen educación universitaria), acceso limitado a información y publicaciones (no hay biblioteca) y la necesidad de capacitación es sólo uno de los desafíos que enfrenta.
Sus contrapartes en Mozambique y Tanzania están lidiando con sus propios problemas luego de que se descubrieran nuevos torrentes de gas en Rovuma Basin. Hasta el momento, se han encontrado 100 toneladas de pies cúbicos de depósitos de gas en Mozambique y Tanzania. El interés en la región quedó claro durante este año con una guerra de ofertas entre Royal Dutch Shell, y la tailandesa PTT Exploration and Production por Cove Energy (listada en Londres). Analistas dicen que hay suficiente gas como para instalar grandes plantas de gas natural licuado para exportar energía a una Asia sedienta de combustibles. Aunque antes de que esto se haga realidad, los obstáculos permanecen, así como las preguntas sobre la capacidad de los gobiernos africanos para lidiar con tal gran desarrollo.
Cada experiencia de un país africano es única, pero lo que resalta para los expertos en la industria es que muchos gobiernos no han hecho suficiente para construir la capacidad de la compañía nacional de petróleo. Cómo hacer esto efectivo y asegurarse de que el nuevo recurso encontrado tenga un efecto dominó en el resto de la economía es vital.
Para países productores emergentes, encontrar petróleo y gas es usualmente visto como lo más difícil. Nada ocurrirá sin estos descubrimientos, pero el resto del viaje es mucho más difícil de navegar. Fijar metas alcanzables de gobierno, como el manejo de la expectativa es la clave para asegurar que las ambiciones se logren en última instancia.
Debes saber
¿Qué ha pasado?
Para muchos países africanos, los ingresos petroleros son fundamentales para las arcas fiscales. Sin embargo, los gobiernos se han enfrentado a problemas de corrupción y por lo tanto, estos hallazgos no se reflejan en mejoras económicas.
¿Por qué ha pasado?
Esto ha ocurrido debido a que un sector petrolero fuerte puede estancar el resto de la economía y fomentar la corrupción para asegurar el control de los ingresos.
¿Qué consecuencias tiene?
Fijar metas alcanzables de gobierno es la clave para asegurar que las ambiciones se logren.
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