El mercado de teléfonos móviles se ha convertido en un verdadero campo de batallas, donde los buque insignia iPhoneX y Galaxy S9 toman protagonismo absoluto. Es que mientras que la empresa estadounidense ha apostado por dejar atrás el sensor de huella e impulsado el reconocimiento facial, la coreana tiene el foco en el iris, aunque su primer acercamiento a esta tecnología vino de la mano del Note 8, que debió salir del mercado por problemas con su batería.
El salto de Apple
Con la nueva generación de iPhone llega mayor un acceso a seguridad. Su código de acceso es de 6 cifras, hay un millón de combinaciones posibles, lo que hace que la contraseña sea casi imposible de descifrar. Para que sea aún más confiable, desde la compañía recomiendan configurar el teléfono para que luego de diez intentos incorrectos, los datos e eliminen del dispositivo.
Pero son el Touch ID y Face ID (disponible sólo para iPhone X) los que han ido más allá, con solo tocar un dedo o echar un vistazo. Los datos de la huella digital o rostro se convierten en una representación matemática cifrada y utilizada solo por el enclave seguro en el dispositivo iOS. Con solo una mirada, Face ID desbloquea el iPhone X de manera segura. Puede usar esta función para autorizar las compras de iTunes Store, App Store y iBooks Store, y los pagos que realices con Apple Pay. Los desarrolladores también pueden permitir que use Face ID para iniciar sesión en las apps.
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Tecnología detrás del Face ID
Face ID incorpora hardware y software más avanzados que ha creado la compañía hasta ahora. La cámara TrueDepth captura datos faciales precisos proyectando y analizando más de 30.000 puntos invisibles a fin de crear un esquema de profundidad de tu cara; además, captura una imagen infrarroja de esta. Una sección del motor neuronal del chip A11 Bionic (protegido dentro de Secure Enclave) transforma el mapa de profundidad y la imagen infrarroja en una representación matemática que luego compara con los datos faciales registrados. Una de las dudas que surgen al hablar de esta tecnología es qué pasa si la apariencia cambia; pues bien, Face ID se adapta de manera automática a los cambios que se produzcan; por ejemplo, detecta el uso de maquillaje o el crecimiento de vello facial. Si se detecta un cambio más significativo (por ejemplo, si te afeitas la barba por completo), Face ID confirma la identidad con el código antes de actualizar los datos faciales, además está diseñada para que pueda reconocer sombreros, bufandas, anteojos, lentes de contacto y una variedad de gafas de sol. Asimismo, está diseñada para funcionar en interiores, en exteriores e incluso en la oscuridad total.
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La apuesta de Samsung
Para desbloquear el Galaxy S9, Samsung combinó sus avances en el escaneo del iris y reconocimiento facial para crear una solución de seguridad biométrica que ofrece a los usuarios un acceso seguro a su dispositivo.
Intelligent Scan es una solución de verificación basada en deep learning que funciona analizando las características visibles del rostro, así como las condiciones de iluminación del entorno, determinando el método de autenticación óptima para abrir el teléfono. El enfoque multimodal del Intelligent Scan permite asegurar que la autenticación biométrica se realice con éxito en prácticamente cualquier ambiente.
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El Galaxy S9 también presenta nuevas capacidades para el sensor de huella digital de la parte trasera, que hacen a este método de autenticación probada y verdadera aún más útil.