El esperado estímulo fiscal en Estados Unidos y sus efectos en la inflación y la política monetaria de la Fed

Han sido meses de especulaciones por la esperada reforma tributaria en Estados Unidos, que actualmente tiene dos proyectos de ley en el congreso de ese país. Uno en la cámara baja, que prevé aumentar US$1,5 billones (millones de millones) el déficit estadounidense en 10 años, y otro que se discute en el senado, que retrasaría en un año las reducciones, a 2019. El próximo ejercicio, además, serán las legislativas, por lo que se espera más volatilidad.

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Economistas del banco Berenberg han dicho que el crecimiento de EEUU (el PIB creció 3% en la última lectura del tercer trimestre) y su inflación (en 2% interanual en octubre) podrían acelerarse demasiado, tal vez por un estímulo fiscal excesivo, si no se dirige bien la reforma, obligando potencialmente a la Fed a anticipar el fin de su ciclo. Explicaron que aunque no ven señales de sobrecalentamiento, como aumento excesivo en sueldos, precios, crédito, producción o inversión, no debería haber corrección en el corto plazo, aunque las autoridades deben estar listas para responder a dinámicas cíclicas más fuertes de cara al próximo año, situación que también compartiría con Reino Unido.

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El banco central de EEUU está listo para subir su tasa de interés en la reunión de diciembre, cuando podría elevar la política monetaria hasta el rango de entre 1,25% - 1,5%, de acuerdo a las probabilidades de alza implícitas que mide Bloomberg. En adelante, se esperan al menos tres incrementos en 2018, aunque algunos, como Goldman Sachs, han dicho que podría ser mucho más activo y llevar a cabo cuatro alzas, por lo que los mercados de renta fija deberán estar atentos a los movimientos que puedan venir, sobretodo con los cambios que vienen en la cúpula de la Fed.

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Manejar el ritmo de expansión del mundo, que debiera mantenerse sobre 3% apoyado en los emergentes

La economía mundial se dispone a mantener las tasas de crecimiento que hemos observado a lo largo de 2017 y los expertos creen que seguiremos disfrutando de esta expansión saludable, a menos que ocurra algo inesperado. Para el mundo entero, el FMI proyecta un crecimiento de 3,7%, ligeramente superior al 3,6% que se registró el año pasado.

Separado por regiones, el empuje vendrá de parte de las economías emergentes, que avanzarían 4,8% si se cumplen los pronósticos, cifra incluso mayor al 4,6% que verían en 2017. En comparación, los mercados desarrollados continuarán creciendo sobre el 2%, tras haberse expandido 2,1% en el año anterior. En este sentido, América Latina seguirá dando sorpresas positivas, ya que se proyecta un salto desde el 1,2% visto en 2017 hasta un aumento de 1,8%.

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Con este trasfondo, Moody's cree que en 2018, las condiciones crediticias globales estarán definidas por un crecimiento económico saludable y "un entorno de financiamiento coadyuvante que contribuirá a contrarrestar la acumulación de riesgos a más largo plazo". No obstante, la agencia destacó que existen ciertos cambios tales como la transición demográfica, los rápidos cambios tecnológicos y el cambio climático, que presentarán nuevos desafíos crediticios.

Asimismo, el FMI estima que ahora es un buen momento para discutir los temas que no fueron abordados durante la convalecencia de la crisis financiera de 2007-2009, lo que puede incluir medidas impopulares como facilitar que una empresa contrate y despida o elevar la edad de jubilación.

Las dudas en este panorama, que se ve auspicioso, giran en torno a que consumidores y empresarios sigan ignorando las amenazas geopolíticas, como lo hizo Corea del Sur durante gran parte del año; el aumento de la deuda que puede complicar a las economías si el crecimiento se debilita; y una caída en los mercados, que dados los altos precios de bonos y acciones podría ser catastrófica.

La difícil negociación del Brexit: las conversaciones no avanzan y el tiempo se acaba

Es el principal evento político de Europa. El Brexit, o la separación del Reino Unido de la Unión Europea -y su mercado común de 500 millones de habitantes-, seguirá copando la agenda y encabezará las listas de analistas que ven con preocupación cómo las discusiones no avanzan y el tiempo se acaba. "El crecimiento se verá perjudicado. El gobierno de Theresa May ya es bastante débil, sumado a una serie de escándalos, por lo que veremos una mayor inestabilidad política y posiblemente un desafío a su mandato", dijo a PULSO el economista del Departamento de Macroeconomía Global del Instituto Internacional de Finanzas, Peter Nagle. "La UE incluso acusa que Londres no sabe qué quiere de las negociaciones y si hay un cambio de gobierno habrá que volver a construir la parte negociadora", agregó.

El proceso tiene fecha (hasta hora). En marzo de 2019 ocurrirá la separación y hasta entonces ningún economista tiene la certeza de lo que ocurrirá. El FMI proyecta un crecimiento de 1,4% en 2018 y 1,5% en 2019, el año del divorcio. La Comisión Europea es más pesimista y predice que el PIB británico crecerá 1,1% en 2019, la que sería la expansión más lenta para cualquier nación de la Unión Europea. Los pronósticos para la inversión de empresas y productividad también han caído, factores que analistas consideran aún más preocupantes, por lo que llaman a poner alerta.

El explosivo aumento de la deuda en China, un riesgo cada vez mayor y de una rápida expansión

El problema de la deuda en China lleva mucho tiempo. Las autoridades comunistas han buscado disminuir la carga, pero sin éxito. Al contrario, el monto de deuda de las empresas chinas crecieron en septiembre a su ritmo más rápido en cuatro años (23%). "Es un riesgo grande y de rápida expansión. China ha logrado manejar la economía y las expectativas en torno a la deuda, dando pasos para abordar el problema, pero ha subido significativamente. Sin embargo, los precios de los activos también han crecido significativamente, por lo que la posición neta es bastante buena", explicó un economista del IIF.

No se conoce la cifra exacta, pero según algunas estimaciones, el total llegaría hasta tres veces el tamaño de su economía. Según Reuters, el total de la deuda pasó a más de 250% del PIB desde 150% a fines de 2006. Mientras que el FMI calcula que en su medición bruta estaría en torno a 50% el próximo año.

Para hacer frente al problema, las autoridades han buscado que las empresas estatales y los gobiernos locales disminuyan el endeudamiento y que ajusten las reglas, además de monitorear más de cerca los préstamos a corto plazo. Y al parecen han surtido efecto. El mayor escrutinio de la deuda empresarial ha demostrado que los endeudamientos a través de emisión de bonos habría caído, justamente por medidas más estrictas que han elevado los costos de financiamiento.

Conflictos geopolíticos que arrastren a naciones desarrolladas a choques en Medio Oriente o en Asia

Las amenazas geopolíticas están presentes en todos los pronóstico económicos de 2018. Incluso Brexit lidera varias previsiones por los efectos colaterales que puede traer, al igual que la amenaza de los migrantes en Europa, que genera un apoyo al anti-establishment y ha desencadenado un aumento de partidos políticos más radicales, poniendo en entredicho la reacción de distintos gobiernos, como se ha visto en Alemania. No obstante, los enfrentamientos bélicos, que pueden surgir en cualquier parte del mundo, pueden acarrear consecuencias aún más graves, desde interrupciones de abastecimiento energético o pánico bursátil, lo que puede desatar inestabilidad socioeconómica e incluso guerras civiles.

"La situación de Corea del Norte se ha deteriorado muy rápidamente y cualquier desenlace inesperado podría tener consecuencias muy malas, aunque es difícil saber con exactitud cuáles serían esas consecuencias", dice un analista, recordando la guerra verbal entre el líder norcoreano y la Casa Blanca durante gran parte del año.

Otro punto álgido se da en Medio Oriente, donde tras la victoria del triunvirato de Rusia, Irán y Turquía a las fuerzas yihadistas de ISIS en Siria, el vacío de poder abre un terreno desconocido. Estados Unidos aún mantiene sus fuerzas en la zona, respaldado por los saudíes e israelíes, mientras Irak también busca evitar un rearme del grupo.