Masisa registró una pérdida extraordinaria de US$245 millones en 2017, debido al plan de desinversión de activos en Brasil y México y el deterioro de los activos en Venezuela, informó este martes la compañía.
Sin embargo, destacó que descontando estos efectos por una sóla vez, la utilidad atribuible a los propietarios de la controladora sería de US$27,6 millones, que se compara positivamente con los US$19,9 millones anotados en 2016.
La firma precisó que los efectos por una vez reconocidos provienen de los siguientes conceptos: deterioro de los activos en Venezuela por US$153,6 millones (correspondientes al 60% de participación), los efectos del plan de desinversión por US$102,3 millones neto de impuestos, los gastos de reestructuración como consecuencia del redimensionamiento de la compañía por US$8,5 millones neto de impuestos y los costos de prepago de la deuda por US$8,2 millones neto de impuestos.
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La compañía añadió que la pérdida de US$102,3 millones (neta de impuestos) producto del plan de desinversión, en Brasil y México generaron un resultado extraordinario negativo durante 2017 de US$174,8 millones y US$8,8 millones respectivamente, mientras que la transacción de los activos industriales en Argentina tuvo un efecto positivo en los resultados de US$81,3 millones.
El registro de estas desinversiones, según lo establecen las Normas Internacionales de Información Financiera (NIIF), requieren que las diferencias de cambio ya reconocidas en patrimonio (otras reservas) sean reclasificadas a resultados, lo que implicó reconocer una pérdida de US$135,8 millones, la que no afectó al patrimonio neto de la empresa. Adicionalmente, el registro de estas desinversiones generó una utilidad de US$33,5 millones respecto a su valor libro, las que según las NIIF deben ser presentadas en forma conjunta, precisó.
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