Hasta US$2.260 millones. Ese es el capital adicional que necesitará BancoEstado, según cálculos oficiales enviados al Congreso, para cumplir los nuevos estándares del proyecto que moderniza la Ley General de Bancos (LGB). De este modo, el impacto fiscal podría situarse US$640 millones por sobre lo que había proyectado el Gobierno en la iniciativa original que ingresó el pasado 13 de junio, donde estimaba que el capital necesario sería de US$1.620 millones.
Considerando el complejo escenario fiscal para los próximos años, más aún en una semana en que el cobre perforó los US$3 la libra, esta información conocida debería despertar al menos la necesidad de analizar el foco de la entidad estatal.
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BancoEstado hoy compite con todo el sistema financiero en todos los segmentos, incluyendo operaciones de crédito a personas o empresas de mayores ingresos del país, segmento que, dicho sea de paso, está más que atendido por el sistema financiero privado.
Por lo tanto, y dado que el Estado ya tiene un banco, es pertinente a la luz de los montos necesitados, analizar cuánto menor sería la necesidad de capital si se focaliza en su rol social, en áreas como la hipotecaria, la clase media, personas de menores ingresos y pequeñas y medianas empresas, es decir, concentrarse en áreas en que se justifica su existencia, dejando de lado a las grandes compañías. De necesitarse una menor capitalización por dejar de atender a las mayores empresas del país, con toda seguridad el Estado encontrará proyectos con mayor rentabilidad social para dichos recursos.
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Incluso algunos de esos proyectos podrían ser ejecutados por el propio BancoEstado, por ejemplo, para no verse en la necesidad de tener que cobrarles a los usuarios de la exitosa cuenta RUT, que puede llegar hasta los $600 por transacción en caso de hacerlo en alguna sucursal. Urge volver a poner los énfasis correctos en BancoEstado y la mayor capitalización de este que implicará la nueva LGB es una buena oportunidad para estudiarlo.
