En un escenario marcado por una activa ofensiva de ciudadanos y grupos de interés en contra del sistema de AFP y la demanda de retornar a un mecanismo de reparto -desde luego sin ningún estudio riguroso que determine cómo operaría este y los costos que conllevaría-, el ranking mundial de pensiones que elabora la consultora internacional Mercer ha establecido que el régimen chileno es uno de los más sustentables del mundo, ubicándose en el lugar número nueve, por debajo de naciones desarrolladas, pero también por encima de otras en esa categoría (como Reino Unido, Francia, Alemania y EEUU). Aunque el país retrocedió tres puntos, su ubicación global no se alteró. Lo relevante de las conclusiones de Mercer es que apuntan a los cuellos de botella de las AFP en torno a los cuales hay consenso, pero sin que se hayan adoptado estrategias de solución que tienen costos políticos, pero que son indispensables. Estas son subir la tasa de cotización, mejorar la atención a los más vulnerables, incentivar mayor ahorro familiar y subir la edad de jubilación, tanto para hombres como mujeres; de hecho, la mayor longevidad y la baja edad para pensionarse proyectan que Chile tiene la más prolongada expectativa de vida tras el retiro entre los países evaluados. Este es un horizonte insostenible a mediano plazo y obliga a que las autoridades lo enfrenten y no persistan en una irresolución que sólo alimenta la nostalgia por un régimen hoy inviable.