A más tardar en octubre de este año se deben realizar las elecciones generales en Alemania, donde la actual canciller, Angela Merkel, buscará reelegirse para un cuarto período al mando de la potencia europea. Sin embargo, todo indica que no será una carrera fácil. Según las encuestas, la coalición democratacristiana de la líder europea (CDU/CSU) tiene alrededor de un 32% de apoyo, pero necesita un 55% de los escaños para poder formar Gobierno por sí sola. De lo contrario, deberá buscar un socio para gobernar, y no está aún tan claro quién puede ser su aliado.

De acuerdo con los últimos sondeos, la mayoría de los alemanes declara que los temas clave en la campaña serán la seguridad y el terrorismo, considerando el atentado en el mercado navideño en Berlín el 19 de diciembre pasado, entre otros hechos de violencia ocurridos en el país en el último año. La candidata Merkel debe convencer a los votantes, y para lograrlo, se verá obligada a tomar medidas para poner freno o a lo menos limitar la inmigración, fenómeno que muchos catalogan como el culpable de los problemas de violencia en ese país. A tres años de su creación, el partido de extrema derecha AfD, que apunta precisamente a poner un alto a la inmigración, es hoy la tercera fuerza política más importante. Por eso, el desafío de la canciller será no caer en populismos.