La canciller Angela Merkel reconoció este jueves la existencia de "diferencias profundas" entre conservadores, liberales y ecologistas que buscan un compromiso para formar un gobierno en Alemania, sin el cual podrían tener que convocarse elecciones anticipadas.

Hay "diferencias, diferencias profundas (...) es un trabajo difícil, un trabajo muy complicado", reconoció a la prensa antes del inicio del último día de negociaciones, casi dos meses después de las elecciones legislativas que no arrojaron una mayoría clara.

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"Creo que podemos conseguirlo, yo tengo la voluntad de lograrlo incluso si es un trabajo difícil", agregó mostrándose razonablemente optimista.

Después de semanas de negociaciones a puerta cerrada marcadas por disputas y ataques públicos recíprocos, los conservadores de Merkel (CDU), sus aliados bávaros (CSU), los liberales del FDP y los Verdes no llegaron a ningún acuerdo sobre los temas más controvertidos.

Tanto en la fiscalidad alemana como en la reforma de la Unión Europea, los objetivos climáticos o la política migratoria, los partidos defienden posiciones a veces diametralmente opuestas.

Merkel, que busca un cuarto mandato de canciller consecutivo, fijó la fecha límite del 16 de noviembre para llegar a un acuerdo de principio para la formación del próximo gobierno en las negociaciones preliminares.

Si lo logra -y las conversaciones podrían continuar hasta bien entrada la noche- comenzarán las negociaciones con miras a un "contrato de coalición" en las que antes de fin de año se decidirá la composición del ejecutivo y se fijará un programa preciso de gobierno.

En caso de fracaso, y a falta de mayoría alternativa en la cámara baja del parlamento, es probable que se convoquen elecciones anticipadas en las próximas semanas. En ese caso, Merkel no tiene asegurado seguir al frente de su familia política.

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