Una cita decisiva para la conducción de su eventual cuarto Gobierno consecutivo tendrá la canciller alemana, Angela Merkel, con el máximo dirigente del Partido Socialdemócrata (SPD), Martin Schulz.
El esperado encuentro resolverá la gran incógnita que mantiene la líder de la Unión Democratacristiana (CDU), respecto a poder formar una coalición que dé estabilidad a un nuevo período a la cabeza del país europeo.
Tras haber vencido en las elecciones de este año con 32,5% de los votos y el apoyo de su partido, la CDU y su filial en Baviera, la Unión Social Cristiana (CSU), Merkel ha tenido serios problemas para poder pactar un conglomerado de Gobierno. El problema se debe al fuerte rechazo que genera al interior del SPD, que obtuvo el peor resultado electoral desde 1949, con 20,8% de los sufragios.
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Tras semanas de intensas negociaciones que incluso llevaron a la canciller alemana a pensar la posibilidad de convocar a nuevos comicios el próximo año, el discurso de algunos sectores del partido Socialdemócrata se suavizó.
De hecho, tras el envío de una carta a la mesa directiva por parte de un grupo de dirigentes regionales, Martin Schulz se vio en la obligación de reconsiderar su postura y abrirse a las negociaciones con Merkel.
Las negociaciones previas
El SPD advirtió ayer a los conservadores de la canciller Angela Merkel de que no se ganaría la aprobación de sus militantes para conseguir una nueva coalición de Gobierno si no respetaba sus principales promesas electorales. Los miembros socialdemócratas tendrán la última palabra en cualquier acuerdo para renovar la alianza con los Demócratas Cristianos de Merkel y sus aliados bávaros de la Unión Social Cristiana.
El secretario general, Lars Klingbeil, dijo que pediría políticas inequívocamente de izquierda, en línea con un "seguro ciudadano" único que los socialdemócratas quieren para sustituir los sistemas de sanidad privados y públicos de Alemania.
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"La Unión (CDU/CSU) sabe que los miembros del SPD tienen la última palabra... y necesitan ser capaces de convencerlos en lo sustancial", dijo Klingbeil al canal público ZDF.
El SPD, el cual perdió votantes durante las elecciones frente a partidos de ultraderecha y el partido de extrema izquierda Die Linke, dice que el actual sistema de sanidad híbrido discrimina a los pobres.
Los conservadores, incluida Merkel, dicen que cambiar a un sistema unificado erosionaría la competencia y empeoraría los servicios.
Los miembros socialdemócratas dieron luz verde a Martin Schulz para empezar con las negociaciones con los conservadores de Merkel, lo que podría terminar con meses de estancamiento político causado por las elecciones de septiembre en que, pese a la victoria de Merkel y su partido, hoy dejan con gran incertidumbre a cómo se conformará políticamente su cuarto período de Gobierno.
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Ayer el referencial de la bolsa alemana, el DAX, avanzó 1,59%.