Para nadie es un misterio que nuestros celulares se han transformado en una extensión nuestra, en un elemento indispensable que nos ha generado adicción, dependencia y que ha cambiado nuestros hábitos de consumo.
Un análisis conductual de nuestra relación con los aparatos móviles nos indica que este 2013 los consumidores esperarán que sus dispositivos móviles maximicen cada momento de sus vidas. No nos quedaremos callados ni nos guardaremos muchas cosas. Muy por el contrario, la exacerbación de mostrar todo lo que hacemos en nuestra vida normal en un formato digital seguirá in crescendo.
Independiente de la hiper velocidad del mundo actual y de un re copado estilo de vida, igual nos las arreglamos para estar constantemente online. No existe actividad demasiado absorbente como para no intercalar en ella nuestro mundo digital. Nos damos el tiempo para nuestro grupo de whatsApp, para mirar nuestro Facebook y el del resto, para twitear y revisar el Instagram; Es decir, estamos viviendo mucho más intensamente micro-convivencias, mini experiencias y muchos tentempiés digitales combinados con nuestra vida normal. ¿Y nuestra vida digital forma parte también de nuestra vida normal?. ¿Si? ¿No?
Un ejemplo concreto de esta dependencia al celular son las vacaciones. Ya ni ellas se salvan de este aparato. Lo que menos suena es el teléfono porque lo que hacemos es estar en las redes sociales. Hace apenas 5 años era casi impensado ir a la playa con celular. Hoy es casi un MUST. No vayamos a perder esa oportunidad para sacar la foto perfecta, poder subirla y mejorar tu promedio de likes. No vayamos a perder la oportunidad de amplificar nuestros logros, mostrar los lugares en que estamos, entregarle al mundo la mejor foto de playa, de lago, de comida, del último consumo, del hijo, sobrino, perro y gato. Vengo de vacaciones así que ya lo sufrí en carne propia.
Ahora., si vamos a las cifras, la cosa se pone fea: Una encuesta realizada a adultos norteamericanos usuarios de smartphones sentenció que el 63% de las mujeres encuestadas y el 73% de los hombres no pasan una hora seguida sin revisar su teléfono (Fuente: Harris Interactive, junio 2012) y los usuarios de teléfonos móviles de entre 18 y 24 años intercambian un promedio de 110 mensajes en un día normal y más de 3.200 al mes (Fuente: Pew Research Centre, septiembre 2012).
Esta cel–dependencia está cambiando nuestro comportamiento. No tengo la respuesta si para mejor o peor, pero si la certeza que ya no somos los mismos de antes y que esto no tiene vuelta atrás.
*El autor es Director Ejecutivo Alta Comunicación
En twitter: @pablocourard