China dio a conocer medidas para impulsar su lenta economía, en la muestra más fuerte hasta ahora de la preocupación de los líderes acerca de la desaceleración y una señal que también subraya un cambio en el enfoque de Beijing en la administración de su economía.

El "mini estímulo", aunque es limitado en tamaño, podría ser el presagio de más medidas de política para apuntalar el crecimiento económico. La medida eliminará los impuestos a las pequeñas empresas, reducirá los costos para los exportadores y alineará fondos para la construcción de líneas de ferrocarril.

A diferencia de 2008, cuando China desplegó un enorme paquete de estímulo para contrarrestar la crisis financiera global, este en cambio usa una serie de reformas específicas para reducir el poder del gobierno y dar a las empresas más espacio.

El Consejo de Estado, el gabinete de China, dijo ayer en la tarde que esperaba "despertar la energía del mercado". Anunció un enfoque de tres ejes. Primero, descartó de manera temporal todos los impuestos operativos y de valor agregado a las empresas con ventas mensuales inferiores a 20.000 yuanes (US$3.250). Dijo que los recortes de impuestos, que entran en efecto a comienzos de agosto, ayudarían a más de 6 millones de empresas que dan empleo a millones de personas.

Segundo, el gobierno se comprometió a simplificar los procesos de aprobación y reducir los costos administrativos para las empresas exportadoras. Entre las medidas, dijo que temporalmente cancelaría las tarifas de inspección para los exportadores de commodities y modernizaría las inspecciones de aduanas de bienes manufacturados.

Tercero, dijo que crearía más canales de financiamiento para asegurar que el país puede cumplir sus ambiciosos planes de desarrollo de líneas férreas. Más inversionistas privados serían impulsados a participar y se emitirían nuevos bonos.

"Se puede llamar a esto un mini estímulo. Es bastante pequeño pero está sólo en el lado de la oferta, y eso es más eficiente", dijo Lu Ting, economista de Bank of America Merrill Lynch.

El paquete se anunció luego de mayor evidencia de la desaceleración de la economía china. El índice de gerentes de compras de HSBC/Markit mostró ayer que la producción, el empleo y los nuevos pedidos cayeron en julio a 47,7 puntos, desde una lectura de junio de 48,2 puntos, que divide la expansión de la contracción y su peor nivel desde agosto de 2012.

El crecimiento chino se desaceleró a 7,5% en el segundo trimestre en comparación con el mismo período del año anterior, y la mayoría de los analistas esperan que se debilite más durante el resto del año. Pero durante esta semana, el primer ministro Li Keqiang, dejó claro que la meta oficial de crecimiento seguía siendo de 7,5%.

El día anterior el gobierno había decretado una prohibición a la construcción de cualquier nuevo edificio del gobierno por los próximos cinco años. Fue el último paso en una campaña de Xi Jinping, el presidente chino, para detener el gasto ostentoso por parte de funcionarios del Partido Comunista, una fuente importante de descontento público.

© The Financial Times Ltd. 2011