Apenas escucha la voz de Freddie Mercury su cuerpo se mueve imitando los pasos de la recordada estrella de la música.
Tal vez lo haga involuntariamente, quizás sea a propósito para llamar la atención de los electores, lo cierto es que Miquel Iceta jamás se negará a bailar "Don't stop me now" de Queen. Aunque sus asesores se lo prohiban.
Así es el candidato del Partido Socialista español a la presidencia de la Generalitat: desobediente, histriónico y poco protocolar.
Esa última característica le pasa la cuenta a quienes lo aconsejan políticamente, pues buscan -en su segunda aventura disputar la cabeza del Gobierno catalán- que se consolide como una figura política más seria, capaz de convencer a un electorado confuso, que navega entre el españolismo y el independentismo.
Cualquiera puede ser un paso en falso, sobre todo ahora que el propio Iceta se ve como Presidente y que la última encuesta del Gabinet d'Estudis Socials i Opinió Pública (GESOP), publicada en el diario El Periódico, lo tiene en tercer lugar en un empate con Ciudadanos y a poco más de un punto del primer lugar que ocupa Esquerra.
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Son esos números los que probablemente le dan la confianza al actual secretario del PSC a bailar cada vez que le da la gana o hablarle fuerte y directo a sus adherentes.
Al menos así lo reconocen quienes forman parte de su círculo, como la diputada Esther Niubó: "es dialogante, abierto y con una gran experiencia en la negociación política que siempre ha mantenido los puentes tanto con el sector independentista como con el gobierno del PP, a pesar de nuestra oposición a sus políticas".
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Infancia y primeros pasos en la política
Nació en Barcelona en 1960 y antes de terminar el colegio, Miquel Iceta ya participaba en actos políticos, mientras asistía a la escuela COU Jaume Bofill. En ese entonces formaba parte del Partido Socialista Popular Catalán, que tenía dos facciones muy marcadas, una de ellas, que terminaría por sumarse al Partido Socialista Español (PSOE). Por esta razón, en septiembre de 1978, cuando ya había cumplido los 18 años, se inscribió como militante en las Juventudes Socialistas de Cataluña.
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Inició una carrera política ascendente, que entre 1987 y 1991 le permitió ser concejal del ayuntamiento de Cornellà. Tras destacarse al interior del PSC, ingresó al Gobierno como director del Departamento de Análisis del Gabinete de la Presidencia del Gobierno, trabajando mano a mano con Narcís Serrá, una de las figuras más importantes del socialismo español.
En el año 1999 es elegido diputado del Parlamento de Cataluña, obteniendo uno de los 52 cupos de su partido, pero además ocurre otro hecho importante: se convierte en el primer político español que asume la homosexualidad públicamente.
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Valoración de la comunidad LGTBI
Jaume Collboni, concejal de Barcelona por su partido y ex diputado, recuerda como fue ese momento: "demostró coherencia entre su vida privada y su vida pública, no tenía por qué esconderlo y luchó por la igualdad y mostró mucho coraje por la valentía personal".
Sin duda, su confesión marcó un precedente en España y ayudó a que otras personas asumieran su condición sexual, sin temor a perder importantes cargos tanto en el mundo público como privado.
Hoy, las agrupaciones que luchan por los derechos de las personas no sólo valoran su candidatura, al encontrarse a un paso de encabezar la Generalitat, sino que también por poner en la agenda la lucha contra la discriminación.
José Luis Blanco, presidente del Colectivo LGTB, Pedro Zerolo, reconoce su impulso al matrimonio igualitario en España en 2008 y asegura que como político abiertamente homosexual "no debe sentirse ni orgulloso ni inferior, sino igual al resto".
En tanto, Luis Abolafia, del Victory Intitute señala que candidaturas como la de Iceta "nos muestran la importancia que tiene la visibilidad para poder alcanzar la igualdad".
El líder socialista
En tiempos tan difíciles para Cataluña tras el frustrado intento independentista, liderado por Carles Puigdemont, Miquel Iceta fue ungido como el socialista que tiene la misión de llegar a lo más alto de la Generalitat, y desde allí, formar un Gobierno que permita tratar las graves heridas dejadas por el procés.
Joaquín Roy, del European Union Centre of Exellence de la U. de Miami, dice que "es una candidatura que propone no hacer nada que implique a ir a nuevas elecciones" y asegura que hará lo posible para que Inés Arrimadas, de la mano de Ciudadanos, no se convierta en la sucesora de Puigdemont.
A diferencia de lo que demuestra frente a las cámaras, Miquel Iceta no es sólo baile. Sus pares del PSC se ilusionan con la presidencia de la Generalitat, a través de su "espontaidad", según Jaume Collboni y de su "simpatía e ironía siempre a la altura", como asegura Esther Niubó.