Chile tiene 4.200 kilómetros de cordillera con cumbres de más de 6.800 metros de altura, muchas de ellas inexploradas. La mayoría sirve como un excelente punto de partida para empezar a prepararse y conquistar la cima del Aconcagua (6.957 msnm), la cumbre más alta de la región y que se encuentra a apenas 150 km de Santiago, en territorio argentino. La magia que ejercen las montañas sobre el hombre desde tiempos inmemoriales, hace que el montañismo tenga cada vez más seguidores. Si bien llegar a altas cumbres requiere entrenamiento y dedicación, los expertos señalan que es una disciplina que puede empezar a practicarse a cualquier edad.
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La clave para la práctica segura del montañismo es, sin duda, recibir instrucción sobre las técnicas básicas y el uso adecuado del equipo de montaña con instructores experimentados. En la zona norte de nuestro país, uno de los más visitados es Ojos del Salado con sus 6.893 metros de altura, un desafío por esencia para los montañistas profesionales que llegan de todo el mundo a probar sus habilidades. El volcán Parinacota es otra de las alternativa, con su cono perfecto y siempre nevado parece invitar a la aventura. Sin embargo, si quiere introducirse en este mundo de cimas y montes, la zona central cuenta con opciones como la Sierra de San Ramón y cerros como el Manquehue, ideales para principiantes.
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En el sur de Chile, la cadena de altas cumbres y volcanes se presenta ideal para deportistas expertos. En estos exigentes parajes la escalada debe realizarse con ayuda de crampones que permitan acceder a la cima de lugares como el Volcán Villarrica o de Las Torres del Paine, donde aún se pueden atravesar rutas totalmente vírgenes.
"Para iniciarse lo fundamental es tener una condición física razonablemente buena, eso significa empezar a entrenar dos o tres veces por semana, idealmente, la combinación de algo aeróbico como trotar o bicicleta, con algo más de fortalecimiento como entrenamiento funcional o pesas. Esto permite andar en el cerro con cierto nivel de agilidad y velocidad", dice el montañista José Manuel Cartes. Añade que hay que tener muy presente el equipamiento e información de los lugares. "Siempre hay que ser conservador. Si crees que un paseo va a durar dos horas, ser precavido y llevar comida para cuatro horas porque no sabes si las condiciones climáticas pueden empeorar de un minuto a otro", enfatiza.
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Además, se trata de una disciplina que se ha empezado a adoptar como tendencia de crianza, pues además de la aventura, el trabajo de montaña está asociado a autosuperación, trabajo en equipo, liderazgo y una serie de hábitos y valores, cuenta Cartes. La idea, señala, es que al entrar al entorno outdoor, ellos estén preparados, tomen buenas decisiones y puedan hacer frente de manera adecuada a la alta montaña.
7 summits
A nivel internacional hay un circuito de siete cumbres que se han hecho famosas por ser las más altas de cada continente. Cada una con distintos niveles de dificultad. Hernán Leal, empresario de 51 años, alcanzó las también llamadas "7 summits" y hoy se prepara para volver al Everest. "Con climas y una geografía muy diferente entre sí, a veces te enfrentas a grietas, avalanchas o situaciones que te llevan al límite. Ahí la clave es la preparación mental". Leal llegó al montañismo hace apenas seis años, cuando recorrió la India y Nepal aprendiendo yoga. "Un día hice trekking y decidí que quería hacer alta montaña, así que empecé a subir cerros. Desde ahí no he parado", relata y explica que entrena 5 ó 6 veces por semana, entre dos y tres horas cada sesión, que mezcla cardio, pesas y sauna. Además, una vez a la semana sube un cerro sí o sí.
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