Las autoridades aduaneras de Mozambique han incautado unas tres toneladas de marfil que iban a ser exportadas a Camboya, en la mayor operación de este tipo en la historia de este país africano, según informaron medios locales.
Para juntar tal cantidad de marfil, los cazadores furtivos tuvieron que abatir a al menos 434 elefantes, calculan las autoridades.
La incautación se llevó a cabo en el puerto de la capital, Maputo, cuando, durante una inspección rutinaria se descubrió el marfil, que estaba oculto tras botellas de plástico prensadas para su reciclaje en contenedores.
El portavoz de las Aduanas de Mozambique, Fernando Tinga, confirmó que los contenedores pertenecían a una empresa mozambiqueña especializada en la producción de plásticos, y que han sido detenidos el conductor del camión y el gestor aduanero de la compañía.
A pesar de que su destino iba a ser Camboya, las autoridades de conservación de Mozambique aseguran que el marfil iba a ser vendido en Vietnam o en China.
Las penas por cazar elefantes se endurecieron hace cuatro años en el país africano, pero esto no ha evitado que el número de ejemplares abatidos haya seguido aumentando.
De acuerdo con el último censo disponible, el número de elefantes en Mozambique cayó un 53% entre 2011 y 2016, hasta los 9.000.
En 2017, al menos 110 ejemplares de la reserva de Niassa -la mayor del país- fueron abatidos por cazadores furtivos sin que se produjera finalmente ninguna detención.