Japón y Eslovaquia viven sismos políticos. ¿La razón? En el primero, una serie de manifestaciones en contra del gobierno pesan sobre la figura de su Primer Ministro, Shinzo Abe, vinculado a una venta irregular de terrenos estatales en Toyonaka, al sur de la isla. Mientras, en el segundo, renunció el ministro del Interior, en medio de un escándalo por el asesinato de un periodista.
La polémica por la transacción de terrenos en Japón tiene su explicación en que fue realizada a un menor precio, beneficiando directamente a la corporación educativa Moritomo Gakuen, vinculada a la señora de Abe, Akie.
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Pero el escándalo no sólo alcanza a esa familia, sino también al propio ministro de Finanzas, Taro Aso.
El secretario de Estado reconoció que funcionarios de su cartera alteraron documentos hasta eliminar los nombres de Shinzo y Akie Abe, que fueron entregados al Parlamento.
"Modificar documentos oficiales es muy grave y extremadamente lamentable y pido mis profundas disculpas", señaló el ministro Aso, tras ser consultado por su responsabilidad en el caso.
Por otra parte, el secretario de Estado, cuestionado por su rol en la controversia, negó la posibilidad de presentar su renuncia.
Tras las afirmaciones del ministro de Finanzas respecto de la modificación de información, Shinzo Abe aseguró que esta situación podría dar origen a graves problemas de credibilidad al interior de su propia administración. "Podría sacudir la confianza en toda la administración. Me siento muy responsable como jefe del Gobierno", dijo el Primer Ministro japonés y agregó: "le pido perdón a todas las personas", con sentidas muestras de arrepentimiento.
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La muerte que sacude a Eslovaquia
En un gesto por mantener la estabilidad política en Eslovaquia, el ministro del Interior, Robert Kalinak, presentó su renuncia al gobierno, tras la ola de protestas por la muerte del periodista, Jan Kuciak, en febrero, quien investigaba el vínculo de la mafia italiana con altos cargos del gobierno, entre ellos, círculos cercanos a Kalinak.
El asesinato generó gran conmoción en el país europeo, lo que convocó a multitudinarias marchas en unas treinta ciudades para exigir además, la dimisión del Primer Ministro, Robert Fico.
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