Parte del éxito que tuvo la renta variable a nivel global en 2017 fue un VIX plano, mezclado con condiciones macroeconómicas propicias, alta liquidez y un entorno de tasas base bajas.
Este año, sin embargo, podría ser distinto. Lo suficientemente distintos para que el nivel de riesgo de las carteras de los inversionistas en América Latina se convierta en un problema.
Según un estudio que realizado por la firma francesa Natixis Investment Managers a las carteras de los inversionistas calificados de América Latina, tanto a nivel local como en sus inversiones domiciliadas en EEUU, los portafolios en promedio aumentaron sus niveles de riesgo (ver gráficos), lo que las deja vulnerables a episodios de turbulencia como el que se vivió en la primera quincena de febrero.
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Esta mayor exposición al riesgo vino de la mano de una fuerte rotación desde activos de renta fija hacia renta variable: entre el primer y el segundo semestre del año pasado, según cifras de Natixis -que administra en torno a US$997.800 millones a nivel global- se evidenció una disminución de 10,6% en exposición a renta fija y un aumento de 6,5% a renta variable, con las otras clases de activos relativamente estables.
El contexto de menor volatilidad ha "disfrazado" el mayor riesgo que han adquirido los portafolios, explica Juan José González, consultor de portfolio research y consulting group de Natixis. El entorno actual de baja turbulencia de 2017 "no es normal", explica y "hace que carteras que son riesgosas no lo parezcan", por lo que recomiendan hacer un test de estrés a los portafolios de inversión.
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"Hay un riesgo potencial que no se ve en términos de volatilidad. Es posible que si hay un ajuste en el mercado y hay una volatilidad mayor, puedan tener caídas o volatilidad por sobre lo que los datos actuales del mercado hace presagiar", explica.
Si bien Natixis no espera un desastre en el mercado bursátil global, sí anticipan que la volatilidad se normalice en lo que queda del año, acercándose a sus niveles históricos.
Si esto sucede y los inversionistas no se preparan, podría traer dolores de cabeza, acota Sophie del Campo, executive managing director de la firma de capitales franceses. "Las caídas de las carteras pueden ser mucho más importantes y pueden representar pérdida de capital. Hay que estar preparado", señala la ejecutiva.
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En esa línea, ambos especialistas apuntan que en el segundo semestre del año pasado se observó en los portafolios de inversionistas calificados latinoamericanos una rotación desde instrumentos de administración pasiva (como ETF y otros vehículos que siguen índices) a inversiones de administración activa, en búsqueda de diversificación que sirva para proteger las carteras ante un potencial aumento de volatilidad.
De todos modos, Natixis le sigue teniendo fe a la renta variable, y la recomienda.
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Las condiciones macroeconómicas globales para que las bolsas del mundo renten están, explica David Lafferty, vicepresidente senior y estratega de mercado jefe de la compañía, pero no va a tener el desempeño estelar que se observó en 2017.
Dentro de los mercados, le parece que puede haber oportunidades en la bolsa latinoamericana, en particular en México y Brasil, pero destaca que hay riesgos en el horizonte, tanto en el frente político local, como es el caso con las elecciones brasileñas, como a nivel global, como sucedería con una eventual guerra comercial con EEUU como epicentro.