Dieciocho millones de pasajeros. Esa es la cifra de personas que el consorcio europeo bautizado como Nueva Pudahuel proyecta que transiten por el aeropuerto internacional de Santiago en 2016. Desde su aterrizaje en la capital chilena, el grupo -formado por los operadores Aéroports de Paris, Vinci Airports y la constructora Astaldi-  comenzó a trabajar en el diseño del nuevo terminal, cuya inversión rodea los US$900 millones. A tres meses de haber asumido la administración del aeropuerto Arturo Merino Benítez, el gerente general de Nueva Pudahuel, Nicolas Claude, hace un balance de su gestión y se refiere a los aspectos controversiales que marcaron su llegada a la operación: el reclamo de varias aerolíneas por el uso de tarifas máximas. En su defensa, Claude señala que el incremento de tarifas está totalmente dentro del marco regulatorio y que la inversión del nuevo terminal se debe recuperar en un plazo de 20 años.

¿Qué balance hace de 2015?

En 2014 transitaron 16 millones de pasajeros, este año vamos a superar los 17 millones, y en 2016 seguramente vamos a superar los 18 millones de pasajeros. Además de lo atractivo de Chile para invertir, para nosotros llegar a este aeropuerto significa un potencial de crecimiento del mercado y del tráfico. El tráfico de pasajeros este año crecerá más de 5%, en los últimos años era 9%, pero 5% es algo todavía muy bueno.

Su llegada a la operación del aeropuerto estuvo marcada por el reclamo de varias aerolíneas por el uso de tarifas máximas, ¿cómo enfrentaron esas críticas?

Hicimos algunos incrementos de tarifas, pero es parte de nuestro modelo de negocios y están totalmente dentro del marco regulatorio. El nuevo terminal implica una inversión total de más de US$900 millones, es una inversión considerable que tenemos que recuperar. Un plazo de 20 años para un proyecto de esta ambición y de este alcance es corto. No digo que 20 años sea bueno o malo, pero hay que recuperar la inversión en este plazo.

¿Se justifican los incrementos?

Es que más allá de justificarse, estas alzas fueron permitidas dentro de la regulación de la concesión. No hemos incrementado tarifas más allá del rango permitido, hemos hecho incrementos dentro de lo permitido por la regulación.

¿Qué opina entonces de las críticas de los operadores del aeropuerto por las nuevas tarifas?

Cuando se producen cambios, y además cuando estos cambios implica un incremento en los costos, cualquiera puede preguntarse por qué se hace esto. Y siempre lo que hemos explicado a los que han consultado del porqué de los incrementos, es que es parte de las nuevas reglas definidas dentro de la licitación para construir un terminal nuevo de 175.000 m2, para 15 millones de pasajeros. Eso tiene que financiarse, y el beneficio es que lo estamos financiando nosotros, y que no es a costo del dinero público. Al contrario. Además de invertir, de financiar este proyecto, estamos regresando el 77% de nuestros ingresos al Gobierno. Entonces hay un beneficio claro, me parece, con este proyecto.

Pero una aerolínea puede traspasar los mayores valores a usuarios...

Eso es decisión de la aerolínea. Las tarifas que se han incrementado no son tarifas directamente ligadas al pasajero. Hay tarifas que cada pasajero paga en su boleto que no se incrementan a lo largo de la concesión. Entonces, hay que también relativizar los incrementos. Las tarifas que directamente impactan a los pasajeros no se incrementan.

¿Para Nueva Pudahuel el tema está zanjado?

No está en nosotros decidirlo. Nosotros hemos entregado una oferta después de una licitación internacional, en base a reglas y parámetros conocidos, porque la licitación fue transparente. Lo que nos importa es comunicar y hacer las cosas en coordinación con las aerolíneas, y tener siempre un diálogo con la comunidad también. Pero el modelo de nuestro negocio tenemos que implementarlo.

En los operadores del área de carga también hubo cierta inquietud por este tema.

Lo que puedo decir sobre el tema de la carga es que estamos lejos de aplicar las tarifas máximas de nuestra regulación. Hubo incrementos pero no estamos al máximo de lo permitido. Estamos trabajando con todos los actores porque nuestro objetivo al final es de llegar a acuerdos y de que cada uno tenga el esquema para desarrollar su actividad. Tenemos que todos trabajar en coordinación, en cooperación, para que el transporte aéreo de pasajeros y de mercancías se pueda desarrollar en el aeropuerto. Ese es nuestro objetivo principal, no es subir tarifas para que todos se vayan de este aeropuerto y quede desierto.

¿En qué etapa va el diseño del nuevo terminal?

Desde los primeros días de nuestra llegada a Chile hemos empezado a trabajar sobre el diseño, viendo los aspectos técnicos, más de 200 personas han trabajado sobre este diseño, hemos invertido y gastado mucho, casi US$40 millones a final de este año en todo lo que es diseño. Es un proyecto complejo, grande, que implica el uso además de nuevas tecnologías en términos de diseño, con un sistema informático que permite hacer todo el diseño del edificio en la computadora.

El cronograma presentado definió que en febrero de 2016 se entregaría el diseño del nuevo terminal y en julio del mismo año, comenzarían las obras, ¿llegan bien para el cumplimiento de estos plazos?

Sí, por supuesto. Ya hemos entregado una parte que es el diseño de la infraestructura aeronáutica. Y a mediados de febrero tenemos que entregar el diseño del terminal y cumpliremos con este plazo. La obra que va a empezar a corto plazo, entre mayo y julio de 2016, será principalmente reubicación y preparación. Tenemos que reubicar  estacionamientos de vehículos porque el cuerpo principal del terminal se va a ubicar sobre el estacionamiento actual de custodia.

Han mencionado que una de las dificultades es la necesidad de aumentar la capacidad de carga, lo que los obligaría a rediseñar la estructura del terminal actual, ¿qué opciones barajan?

Hay un potencial enorme de carga en este aeropuerto y una nececesidad de infraestructura importante. Hoy tenemos una infraestructura que no está a su límite de capacidad, pero no está lejos, se necesita más capacidad.  Hoy tenemos una problemática de saber dónde vamos a reubicar las instalaciones existentes, pero dando también perspectivas de crecimiento de largo plazo. Está definido pero no es suficiente. Si queremos aprovechar todo el potencial del aeropuerto en términos del desarrollo de la carga hay que pensarlo para que funcione a más largo plazo. Hoy hay algo, pero no es suficiente, queremos ver con el MOP si hay opciones de irnos más allá de lo definido para ofrecer un mejor crecimiento de largo plazo.

¿Cuándo los pasajeros podrán tener WiFi gratuito en el terminal?

Estará disponible en los primeros días de abril. Estamos trabajando en eso ahora.

¿Por qué decidieron apostar por el aeropuerto de Santiago?

Lo atractivo de Chile es su esquema regulatorio. Hay nuevas leyes, pero eso pasa en todos los países, es normal. Hay un esquema regulatorio muy estable, fuerte y que da confianza para invertir. También pensamos que hay un potencial muy grande de crecimiento del tráfico aéreo en Chile. Y las perspectivas de mediano y largo plazo siguen muy positivas.