El sector automovilístico ha amanecido revolucionado este Jueves Santo antes los rumores sobre una posible fusión entre Nissan y Renault, que tendría como primer ejecutivo a Carlos Ghosn, presidente de ambas firmas. Bloomberg publicó que se encuentran en conversaciones para poner fin a la alianza que les une y crear una compañía que cotice como un único valor.

En la actualidad, Renault dispone de un 43,4% del capital de Nissan, mientras que la compañía japonesa es dueña del 15% de Renault. Hace tres semanas también surgieron rumores de fusión entre ambas compañías, a raíz de una información de la agencia Reuters que apuntaba al interés de Nissan por hacerse con el 15% que tiene el Estado francés.

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Esta propuesta choca frontalmente con los planes que maneja el Ejecutivo presidido por Emmanuel Macron. En febrero, el Consejo de Administración de Renault dio el visto bueno para que Ghosn renovará en el cargo de presidente otros cuatro años, coincidiendo con la publicación de unos beneficios récord de 5.114 millones de euros en 2017, un 50% más que en el ejercicio anterior y muy por encima de lo previsto por los analistas.

El Ejecutivo galo cuenta con dos asientos en el Consejo de Administración y dio el visto bueno al nombramiento de Ghosn con dos condiciones: que se bajará el sueldo un 30% y que se reforzara la alianza con Nissan. "No sé cómo el lado japonés va a aceptar nuevos pasos con el Estado como principal accionista", afirmó Ghosn en una conferencia de los analistas durante la presentación de resultados.

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El plan de Macron pasaría por salvaguardar los intereses de la empresa, de la alianza [de Renault y Nissan] y de la industria francesa, algo que no encaja con la posible fusión. Preguntado por esta información, un portavoz oficial de Renault indicó a Efe que "no hacen comentarios sobre rumores y especulaciones". En la propuesta de prórroga del mandato, Ghosn se comprometió a tomar medidas para hacer la alianza irreversible y fortalecer los planes de sucesión. El directivo brasileño aspira a ocupar un papel presidencial y controlar el grupo de empresas, pero las discrepancias con el Estado obligaron a posponer la idea de nombrar consejero delegado.

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Renault y Nissan colaboran de forma activa a través de una alianza a tres bandas con Mitsubishi. Renault tiene el 43,4% de la japonesa, que a su vez controla el 34% de Mitsubishi. A esas tres marcas hay que unir Dacia, la marca rumana de bajo coste que utiliza muchos elementos de Nissan y Renault en su proceso de producción y que vende en la actualidad en torno a 750.000 vehículos al año.

Fue precisamente Carlos Ghosn, el presidente de la citada alianza, el que presentó en París en septiembre las líneas maestras de una estrategia hasta 2022 para convertirse en el primer fabricante de vehículos del mundo, con 14 millones vendidos al año y una facturación de 201.000 millones de euros. Al cierre de 2017, el grupo Volkswagen lideraba las ventas a nivel mundial, con 10,4 millones; seguido por el grupo Toyota (10,2 millones); Renault-Nissan (10,1 millones), el grupo Hyundai, (7,3 millones) y General Motors (6,8 millones).

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